Una reforma en toda regla donde se deshicieron del viejo papel pintado que cubría las paredes y de las viejas alfombras. Tras una buena mano de pintura blanca en toda la casa sólo quedaba darle el toque decorativo adecuado, algo sencillo para una amante de los rastros y mercadillos de antigüedades como Francine. Realiza con gran talento la restauranción de los muebles, creando piezas que rebosan personalidad, como ocurre con la mesa de la cocina. El resultado global de la vivienda es un ambiente de casa viva, llena de contrastes y evolutiva, que cambia según las estaciones del año o el humor de sus dueños.Predominio de la luminosidad conseguida por le blanco de las paredes. Piezas como los sillones y el sofá de corte clásico amueblan un salón rejuvenecido gracias al forrado con una tela vistosa y cubiertos de cojines, hechos por la propietaria con diferentes telas vintage. En este ambiente, la original chimenea se integra perfectamente en la estancia. En la amplia cocina destacan la gran superficie de trabajo de madera de roble y los electrodomésticos, ocultos tras unas cortinas. Para tener la vajilla de diario a mano se colocan unos originales estantes pintados de blanco. Bajo ellos, un pupitre de los años 50′ se recicló en un práctico mueble, en cuyo hueco se instaló el frigorífico, oculto tras una cortinilla. La zona de almacenamiento se habilitó en una amplia despensa situada bajo las escaleras: ¡¡tan vintage!!
La combinación de estilos y texturas se combinan en su justa medida. Una miscelánea de materiales convive en armonía en su dormitorio: madera, mimbre, cristal, metal o piel. Una mesa de cocina se recicló en escritorio y el arcón de mimbre procede de un mercadillo. El tocador, simplemente perfecto!!
Una vivienda llena de encanto, con toques clásicos y antigüedades de mercadillo que personalizan esta casa victoriana maravillosa.
¡Feliz día a todos!
Fotografías [ ] Nicety live journal & Mi casa