He de reconocer que la estancia que menos me gusta de cualquier casa es el baño. Y es que son tan fríos e impersonales que en raras ocasiones suelen sorprenderme. Claro que toda norma tiene su excepción y esta se ha roto con este precioso baño que pertenece a una antigua cabaña de mineros de 1860 reconvertida en casa de lujo para alquilar. Han mantenido la esencia de la arquitectura y la decoración, y la han reinventado utilizando metal, maderas...y el color blanco y negro en esencia. Huelga decir que las fotografías son pura poesía y hace la observación de este baño un deleite para los sentidos.
Imágenes: Vintage House Daylesford