De la unión de dos pisos en el centro de Barcelona surge esta rotunda vivienda marcada por el carácter de la arquitectura propia de finales del s.XIX, visible en los muros de ladrillo y los techos de bóveda catalana, ambos sin revestir. Los autores del proyecto han buscado resaltar todos los elementos originales que quedaban en la vivienda como las molduras, la chimenea del comedor y el suelo de parqué de madera de roble en espiga que ha sido restaurado y esmaltado.
Se ha derribado gran parte de la tabiquería con el objetivo de crear espacios amplios y luminosos. En la paleta de colores prevalece el blanco con detalles en gris, negro y tonos ocres. Predominan las texturas rugosas y materiales naturales como madera, cerámicas y el lino, omnipresente en los tejidos.
El mobiliario se compone de piezas recuperadas, otras actuales y elementos diseñados a medida para este proyecto. El resultado, una vivienda bohemia con cierto estilo industrial.
Arquitectos: Estudio Serrat-Tort
Interiorista: Marta Castellano-Mas
.