Las bombillas dejan de esconderse tras las pantallas para pasar a ser las grandes protagonistas de la decoración. Si quieres estar a la última, ¡enséñalas!
Las transparencias se convierten en una pieza de tendencia en decoración y también en iluminación.
Tres lámparas son mejor que una. La altura ideal de una lámpara suspendida sobre la mesa es de entre 70 y 80 cm. Así evitas deslumbrar a los comensales.
Las lámparas colgantes de entramados metálicos están de moda y son complemento ideal del estilo nórdico.
Un buen truco para controlar la intensidad lumínica es tener varias fuentes de luz de baja intensidad a diferentes alturas.
Si optamos por una luz indirecta, como los focos dirigidos a las paredes, debemos asegurarnos de que esta superficie tiene un acabado homogéneo. Situar los focos de luz en la zona intermedia de una habitación hace que el techo se oscurezca, creando así un ambiente mucho más acogedor. Es posible ampliar visualmente un espacio mediante focos empotrados en el techo, ya que dan una luz general y no enfocan una sola zona.
Además de una luz general y una puntual, debemos contar con una luz puramente decorativa que nos ayude a destacar algún elemento de la habitación, como los cuadros.
En el dormitorio no es recomendable una iluminación general intensa, aunque en las cabeceras se
recomienda tener luces focalizadas de intensidad media.
Pero si queréis que sean completamente personales y únicas en el mundo, podéis tunear las lámparas que tenéis o hacerlas vosotros mismos.
Mirad las ventajas del Led para ahorrar en la factura de la luz.