Así que, ¿Te atreves a dar un toque de amarillo a tu casa?
Un porta retrato, unas flores, una lámpara, un mueble … con pequeñas dosis de amarillo, podemos cambiar completamente la sensación de un espacio. El amarillo es un color muy luminoso y atrayente para el otoño, ya que en estos meses los días se vuelven más fríos, lluviosos y grises.
Estilos sobrios como el nórdico, apuestan por este color para marcar contrastes, dar vida a blancos y grises y lograr espacios más luminosos. Queda genial contrastar unas pinceladas de un amarillo vivo tipo canario con la paleta de los neutros, sobretodo con el gris, en todas sus tonalidades. Rompe con la hegemonía de los colores neutros y aporta una inyección de energía y calidez a cualquier ambiente.
Amarillo es sinónimo de alegría, es el color del sol … inspira y aporta vitalidad. Pero si quieres dar un aire más contemporáneo, nada mejor que combinarlo con colores oscuros como el negro o un gris marengo o bien un azul marino.
Es ideal para decorar habitaciones dónde se quiera fomentar la comunicación como salones y cocinas. Prueba combinar amarillos vivos con rosas o violetas. Dan un toque desenfadado e incluso exótico al ambiente. Aunque sea un color estimulante y no demasiado recomendado para dormitorios, si bajamos la intensidad a tonos pasteles es una combinación perfecta también para dormitorios de bebés.
No es tarea fácil encontrar el equilibrio cuando mezclamos dos o tres colores. Pero lo importante en estos casos, es tener claro cuál es el color que queremos potenciar y los demás utiizarlos a penas para dar mayor profundidad o luminosidad al ambiente. Mire que bonita esta combinación, amarillo y verde. Una mezcla que trasmite mucha frescura, dinamismo y naturalidad. Son dos colores que evocan la naturaleza, aparte son muy luminosos y alegres.
Quizás por comodidad, tenemos la tendencia de repetir determinadas asociaciones cromáticas. Este es el caso del azul, que siempre le asociamos con el blanco. Por favor, de riendas sueltas a tu imaginación y sabor a tu decoración. No dejes de probar nuevas combinaciones como estas dónde se contrasta el color cálido amarillo con el frío azul Klein. Colores opuestos que en la dosis correcta producen efectos y sensaciones sorprendentes. El amarillo aportará calidez, luz y alegría mientras que el azul elegancia, seriedad y tranquilidad. En estos casos, podemos resaltar cualquiera de los dos colores o convertir uno en protagonista.
Los rojos, naranjas y ocres son colores fuertes por sí solos. Cuándo lo combinamos con el amarillo aportamos mucha energía al espacio. En estos casos, para que no se cargue demasiado el ambiente, lo ideal es aplicarlos en pequeñas cantidades, a fin de que el amarillo domine el espacio o bien introducir un tercer color de temperatura más fría, como el azul, para romper un poco con tanta calidez.
Amarillo limón, amarillos vainilla, canario, mantequilla … Gracias a sus múltiples tonalidades, puedes utilizarlo en casi todas las piezas de tu casa y con cualquier estilo decorativo. El amarillo alegra, anima, da luz y energía … es un aliado ideal para espacios poco luminosos, salones y cocinas. También una excelente opción para zonas de trabajo, ya que tienen la propiedad de estimular el cerebro, favorecer al creatividad y alejar la desmotivación. ¡Así que no esperes más, dale alegría a tu hogar con la fuerza del amarillo!
referencia fotografica: paperblog, decoora, casaycolor, designlovers, thedesignchoser,youcobe, pinterest