¿Decorar con amarillo? Es curioso, porque es un color ‘poco extendido’ en decoración. Parece un color muy arriesgado, muy radical. Y sin embargo, cuando ves lo bien que queda en muchos looks deco de Internet y la energía positiva que transmite es cuando empiezas a enamorarte… Eso es lo que me pasó a mi. De ser un color en el que ni pensaba, pasó a ser el protagonista de mi salón, porque las pinceladas de amarillo e ayudaron a dar continuidad a una estancia alargada con varios ambientes.
Por un lado, en amarillo destacan las lámparas desnudas, y elementos como las letras del mueble bar, que os enseñé en el post de la estantería de palets para poner las copas.
Lámparas y cartel del mueble bar en amarillo
En el otro lado del salón, un rincón de lectura. Las cortinas de la puerta del jardín son un tie & dye con amarillo y blanco, y coloqué una funda de cojín a juego. Para contrarrestar al vibrante amarillo, los grises de la funda del sillón vintage y del suelo, y los tonos azul turquesa en la mesita restaurada y la funda del otro cojín.
Rincón de lectura
En la pared, un cartel con palets DIY en blanco y amarillo. Aunque estoy pensando en cambiarlo de sitio y devolverlo a su lugar original sobre el sofá…
Cartel con palets y letras en amarillo
Y en la mesa auxiliar, al lado del sofá, os enseñé la semana pasada otra idea para decorar en amarillo: un portafotos.
Mesa auxiliar con portafotos en amarillo
Como veis el amarillo es en mi caso el nexo entre las distintas partes del salón… ¿Qué os parece?
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