Nuestras facturas pueden subir mucho por un lado, disponemos de menos horas de luz natural al día, lo que hace que tengamos que hacer un uso mucho mayor de la iluminación artificial, con el gasto eléctrico que esto conlleva. Por otro, para disfrutar de un hogar cómodo y cálido, no tenemos otra opción que elevar el consumo en calefacción, con su correspondiente inversión económica. Por todo ello, vamos a ver algunas claves que nos van a permitir ir un poco más desahogados con la 'cuesta de invierno'. Ahorra en casa de una vez por todas.
1. Hacer un buen aprovechamiento del agua. Para ello podemos tomar medidas como la instalación de limitadores de caudal en los grifos, que reducen el consumo de agua de 15 a 8 litros por minuto en el caso de los lavabos, y de 20 a 10 litros en el caso de la ducha. Además, es importante recordar que es preferible emplear agua fría en todo lo que se pueda, ya que esta supone un menor gasto energético.

2. Cuidado con la temperatura ambiente. Ahora que llega el invierno no podemos pretender estar en casa en manga corta. Así, la temperatura ideal se encuentra entre los 19º y los 21º. Por encima de ello, cada grado de más supondrá un aumento del gasto del 5% al 10%. Respecto a la noche, lo ideal es poner el termostato a 15º, en vez de quitarla del todo.
3. No cubrir los radiadores. Cualquier obstáculo en los radiadores supondrá un aumento en el coste energético.
4. Controlar el modo stand-by. Aunque es algo que solemos olvidar, dejar los televisores y otros aparatos eléctricos en el modo stand-by puede llegar a incrementar la factura de la luz en un 12%.
5. ¿Cuánto conviene poner bombillas eficientes? Las cifras hablan por sí solas, y es que una bombilla eficiente gasta hasta un 80% menos que una incandescente. De este modo, su vida útil será hasta 10 y 15 veces mayor que las normales.
6. Elegir bien los electrodomésticos. Invertir en aparatos clasificados con etiqueta Triple A nos permitirá ahorrar hasta 600 euros en luz a lo largo de su vida útil. Además, es muy importante hacer un buen uso de los mismos, como, por ejemplo, no abrir el horno mientras está funcionando, apagar el horno y la vitrocerámica un poco antes de que la comida esté lista para aprovechar el calor residual, emplear el lavavajillas siempre a carga completa...

7. Revisar las instalaciones. Un aspecto importante tanto por el ahorro como por la seguridad. Así, en casas antiguas (de más de 25 años) se debe realizar una revisión cada cinco años.
8. Elegir buenas ventanas y persianas. Cuando llegue el momento de cambiar las ventanas, debemos prestar atención a las cualidades que nos ofrecen los nuevos modelos en cuanto a aislamiento. Así, recordamos una vez más las ventajas de las ventanas de PVC, con un sistema practicable o abatible, y unas persianas de calidad. Todo ello nos permitirá reducir en un 70ª las pérdidas de energía.
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