1. Pintar una pared en un tono más fuerte o oscuro, después de años donde el blanco era la única opción, parece que el color vuelve a tomar las riendas y crea ambientes más expresivos.
2. Siguiendo con las paredes, puedes jugar con nuevos materiales como las falsas losetas de ladrillo, que consiguen un toque industrial. Mirad este ejemplo de Mumandeco en la cocina.
3. ¡Cambia todos los muebles de sitio! A lo mejor todos es una exageración, pero mover algunas piezas, cambiar los cuadros o los detalles decorativos crea ambientes nuevos sin gastar ni un euro.
4. Aunque no seas experto en DIY, el chalk paint es fácil de aplicar y te permite pintar sobre muebles antiguos (sin imprimación).
5. Seguro que has escuchado la palabra hygge como 100 veces en últimos meses, algunos cambios como encender velas al llegar a casa, usar solo lámparas de pie o poner una manta en el sofá van a hacerte sentirte mucho mejor. ¡Haz de tu casa tu refugio!
6. Los aromas nos traen recuerdos y sensaciones, no olvides que el olfato es un sentido muy potente. Preocúpate por que todas las estancias huelan bien, un truco fácil es poner agua con esencia sobre los radiadores o rociar con esta mezcla las bombillas.
7. Las plantas y las flores son un recurso sencillo y económico para alegrar tu casa. Usalas para dar vida al algún rincón más aburrido o decorar con ellas la mesa de centro del salón.
8. Si tienes alguna composición de imágenes en casa, dale un giro renovando las fotos. Seguro que te sorprende ver lo desactualizadas que están.
9. Reordena todos tus libros e intenta buscar nuevas formas para decorar con ellos, desde darles la vuelta para un acabado más minimalista, hasta colocarlos por colores.
10. Por supuesto, no podía cerrar este listado sin hablar de Marie Kondo. Empieza por una estancia, saca todo, limpia en profundidad, dona lo que necesitas y vuelve a colocarlo.