Y las razones son muchas, quizá su sencillez, su calidez, sus atmósferas relajadas y neutrales, o bien su capacidad de reinventarse continuamente mezclándose con otros estilos. No te pierdas algunas de las lecciones que nos dan estos espacios para seguir siendo una fuente de inspiración día tras día, ¡te las contamos!
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1. Usar cortinas ¿para qué? Los nórdicos aprecian la claridad por encima de todo, hay que tener en cuenta las pocas horas de luz natural que reciben durante el invierno, y esto les hace preocuparse casi obsesivamente por ella y que decidan prescindir de cortinas en muchos casos. Además cuando las ponen, éstas son muy finas y ligeras dejando pasar la mayor cantidad de la luz natural posible.
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2. El color blanco como tono base. Por la misma razón, el color blanco se utiliza como base de todo, en las paredes, el techo, incluso el suelo, buscando potenciar la claridad de los espacios y convirtiéndose en el marco perfecto para disponer el resto de elementos decorativos. Otras opciones de color igualmente válidas y utilizadas son los tonos neutros y más claros del espectro como beige, grises claros o tonos hueso.
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3. Acentos de color pastel. Que el blanco sea el tono base no significa que las casas escandinavas estén desprovistas de color. A la habitual gama de negros y grises que se venía utilizando para crear contraste con el blanco, se ha ido añadiendo últimamente otros colores más alegres en forma de accesorios, textiles, cojines y mobiliario. Estos colores son principalmente colores claros poco saturados, los famosos tonos pastel, que sin duda ayudan a potenciar la luminosidad de los espacios.
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4. Si a los estampados, pero geométricos. La sobriedad y sencillez del estilo nórdico se permite ciertas licencias compositivas para romper con la monotonía decorativa no solo a través del color sino también con el uso de estampados, aunque no de cualquier tipo. Para mantener el carácter minimalista del estilo nórdico, los más apropiados son los estampados geométricos que aportarán un sutil dinamismo aunque sin excesos.
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5. Los suelos, siempre de madera. Si por algo destacan los interiores escandinavos es por sus impolutos suelos de madera, normalmente clara y con las vetas e imperfecciones a la vista. Esto, lejos de restarle encanto a los espacios, les da un plus de calidez que invita a recorrer la casa con los pies descalzos incluso en los días más fríos de invierno.
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6. Que no falte calor de hogar. ¿Te has percatado de las enormes estufas de hierro fundido que podemos encontrar en la esquina de la mayoría de los espacios de estilo nórdico? ¿Son preciosas verdad? Normalmente cilíndricas y con un gran volumen que va de suelo a techo, no pasan desapercibidas y son un elemento decorativo más a tener en cuenta como en este espacio, donde se ha coordinado con el color de los cojines.
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7. Gusto por el arte. Si hay un estilo que sabe sacar partido a una pared vacía, ese es el estilo nórdico. Son especialistas en crear composiciones únicas y memorables mezclando elementos tan variopintos como obras de arte, fotografías, láminas, arte gráfico, letras, letreros, etc. Todo ello organizado en elegantes y sobrios conjuntos llenos de dinamismo donde el blanco y el negro es el color protagonista.
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8. Iconos del diseño nórdico. Desde los emblemáticos diseñadores de mediados del siglo XX hasta las casas de diseño escandinavo actual, es un hecho que el diseño escandinavo es un referente en el panorama mundial y los nórdicos lo muestran con orgullo en sus hogares. No hay interior de estilo escandinavo que se precie que no posea una silla, una mesa, una lámpara o cualquier otro elemento decorativo de reconocida factura.
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9. Vegetación también en el interior. Las bajas temperaturas invernales en estas latitudes hacen imposible la supervivencia de plantas en el exterior, por eso los nórdicos dominan como nadie el arte de incorporarlas en los espacios en una infinidad de originales maneras. Espacios como el salón, la cocina o el baño agradecerán especialmente la presencia de plantas naturales.
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10. Por último, menos es más. Si aún no te has dado cuenta, la decoración de estilo nórdico es ante todo sencilla y muy práctica. Los interiores huyen del exceso de muebles y los pocos que hay tienen una función clara y específica. Se busca crear espacios diáfanos y poco recargados que permitan la entrada de luz natural hasta los espacios más recónditos de la casa.
Como puedes ver, los escandinavos son todos unos maestros en el arte del diseño interior, sorprendiéndonos cada día con sus propuestas y creando espacios donde la estética, el confort y la funcionalidad se combinan en un ejercicio perfecto. ¡Auguramos una larga vida al estilo nórdico!
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