Fuente: Westwing Home & Living Un sofá cama es un mueble versátil y muy práctico, gracias a sus dos usos: por el día es un sofá y por la noche se convierte en cama. Todos los hemos conocido desde hace décadas y seguramente hayamos tenido la ocasión de dormir en uno de ellos.
En este sentido, tengo que decir que la cosa ha mejorado muchísimo con el tiempo. Los nuevos sofás cama de hoy no tienen nada que ver con los incómodos modelos del pasado y, aunque hay de todo, ahora se pueden comprar sofás cama realmente confortables.
Pero, ¿qué cosas hay que tener en cuenta a la hora de elegir un sofá cama u otro? ¿En qué se diferencian unos de otros? Para ayudarte con estas preguntas aquí tienes algunas claves que debes pensar antes de decidirte.
1. Piensa cuánto y cómo lo vas a usar
Fuente: Ikea Un sofá cama es una solución perfecta cuando necesitamos tener en casa alguna cama de más y no contamos con espacio. Puede ser que no tengamos una habitación para destinar a los invitados, o incluso que nuestro apartamento sea muy pequeño y tengamos un único espacio que tenga que hacer las veces de salón y de dormitorio al mismo tiempo.
Pensar en nuestras necesidades y en el uso que vamos a darle al sofá cama es fundamental a la hora de elegirlo. Si necesitas abrirlo a diario para dormir en él, merecerá la pena invertir un poco más y comprar un sofá cama muy cómodo. Tú salud te lo agradecerá.
Además, si lo vas a usar como sofá principal de tu salón, lo mejor es que elijas un modelo con almohadones de alta densidad, que sea confortable si estás sentado en él durante mucho tiempo.
Por otra parte, si la idea es usarlo únicamente como un mueble auxiliar en el estudio o en una habitación secundaria de la casa, y solo vas a dormir en él de forma esporádica, puedes elegir un modelo más corriente, que ocupe poco espacio y que te permita invitar a amigos o familiares a quedarse a dormir en tu casa.
2. Fácil de abrir y cerrar
Fuente: Ikea El sistema de apertura de un sofá cama es otra de las cuestiones que hay que tener en cuenta, especialmente si lo vas a usar con frecuencia. En ese caso elige un modelo que se transforme rápidamente de sofá a cama, que sea fácil de abrir y de recoger. Existen sistemas de apertura que te permiten cerrar el sofá con la cama hecha, lo que te resultará mucho más cómodo para el día a día.
Si el uso del sofá cama va a ser esporádico, entonces no es tan importante que pueda cerrarse con la cama hecha, y puedes pensar en otras opciones más pequeñas, que dejen más espacio libre en la habitación.
3. Ten en cuenta el espacio disponible
Fuente: Car Möbel Si tu problema de falta de espacio es importante, no podrás elegir el sofá cama que quieras, si no el que más se adecué a los metros de los que dispones. Es importante que lo midas cerrado y abierto, para evitarte sorpresas desagradables cuando quieras abrirlo en casa y veas que no te cabe.
Fuente: Car Möbel Mejor sé precavido y saca la cinta métrica. Ten en cuenta que necesitarás algunos centímetros de más alrededor, una vez esté el sofá transformado en cama, para poder moverte por la habitación.
4. Con textiles resistentes y decorativos
Fuente: Ikea Un sofá cama no tiene por qué ser feo. Los nuevos modelos que ofrece el mercado presentan líneas muy decorativas, con diseños modernos y adaptados a las tendencias de hoy.
También las tapicerías están a la orden del día, por lo que puedes escoger textiles resistentes y bonitos, perfectos para un uso cotidiano. Además, puedes decorar el sofá cama con cojines y mantas auxiliares que lo hagan más confortable.
5. Tipos de sofás cama: ventajas e inconvenientes
Fuente: Car Möbel El universo de los sofás cama ha evolucionado de forma increíble en los últimos años. Todos recordamos los modelos del pasado, incómodos y poco decorativos, por no decir que eran bastante feos. Sin embargo, los sofás cama de hoy no tienen nada que ver y tienes a tu alcance modelos muy bonitos que apenas dejan ver su doble función.
Fuente: Car Möbel Entre los sistemas que puedes encontrar, estos son los más importantes:
– Los sofás cama que se abren como un libro: el respaldo se abate hacia atrás y se tumba por completo para dar lugar a la cama. Son recomendables para un uso puntual ya que no permiten guardarse con la cama hecha. La ventaja es que pueden ser bastante estrechos y no ocupan mucho espacio.
– Los modelos deslizantes: de debajo del sofá sale un cajón que se desliza hacia fuera y que después queda a la misma altura, mediante unas patas extraíbles. Es pequeño, ya que no hace falta que sea muy ancho, pero no demasiado cómodo. Y tampoco puede cerrarse con la cama hecha.
– Sofás cama desplegables: son los mejores para un uso diario. Resultan muy cómodos porque pueden llevar somier de lamas y un colchón normal, de muelles o de látex. Además, pueden cerrarse con la cama hecha, lo que es una ventaja si vas a dormir en él cada noche.
– Futones: un sofá cama de origen asiático que se puso muy de moda hace años. No se distingue precisamente por su comodidad. Para que sea confortable mejor elige uno de muy buena calidad. Los futones quedan muy bien en habitaciones juveniles, por ejemplo.
¿Ya tienes un sofá cama en casa? ¿Te parece lo suficientemente cómodo? ¡Cuéntanos tu experiencia!