1. Los colores son, sin duda, los responsables de los mayores cambios visuales en cuanto a decoración se refiere. Un mismo mueble o unos cojines pueden cambiar radicalmente simplemente por el color. Así, el otoño es época de colores cálidos, tonos tierra... Si hay un símbolo que identifique bien esta estación son las hojas de los árboles, y precisamente con ellas nos vamos a identificar a la hora de decorar, a partir de amarillos, ocres, naranjas, dorados... Así, podemos aprovechar para cambiar la funda del sofá, poner nuevas colchas en las camas, comprar cojines...
2. Y continuando con los textiles, lo mejor para afrontar la llegada del frío y estar bien preparados es recurrir a los tejidos suaves y cálidos, que nos proporcionen calor y protección. Hablamos de mantas de lana, cojines bien mulliditos, alfombras de pelo largo...
3. Aunque hayamos dejado muy atrás la primavera, las flores nunca sobran cuando hablamos de decoración. Sin embargo, en otoño vamos a dar protagonismo a las flores secas, para elaborar, por ejemplo, un bonito centro de mesa. Tan solo necesitamos un plato o fuente, una vasija o una pecera.
4. Para dar un toque más romántico y cálido vamos a echar mano de las velas, que podemos poner en prácticamente todas las estancias de la casa. Además, podemos escoger velas aromáticas con olores otoñales como la canela.
5. La madera es otro elemento que se identifica con el otoño, por lo que es momento de hacer que se luzca. Para ello, podemos retirar parte de la decoración que cubre nuestros muebles de madera, comprar detalles decorativos en dicho material y comenzar a colocar los primeros troncos de leña bajo la chimenea, aunque de momento sea solo como efecto decorativo.
6. Por último, terminamos con otros elementos de inspiración otoñal que le darán a la casa un toque ideal, como las calabazas, la fruta deshidratada, hojas secas, plantas de otoño como la dalia o el crisantemo...
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