Se trata de un mueble clásico de salón renovado a base solamente de pintura.
Soy un amante de lo que ahora llamamos el estilo clásico renovado y me encanta que los muebles tengan personalidad y sello propio. Por eso decidí darle una segunda oportunidad a este mueble, que en principio iba a deshacerme de él.
Para pintarlo usé una pintura de doble componente, para así evitar el uso de una imprimación, y aunque al principio no estaba muy convencido el resultado fue realmente bueno. El color elegido, el gris oscuro que además de ser tendencia, aporta elegancia y un estilo contemporáneo a partes iguales. Para que la pintura quede totalmente protegida y además la pieza adquiera sensación de lacado y perfección utilicé, a parte de a la hora de aplicarla, un rodillo de espuma para evitar los excedentes y tras su completo secado apliqué con un trapo cera incolora para muebles y un poco de betún de judea. Todo ello ayuda destacar y potenciar algunas partes del mueble, cómo son las molduras o el copete en la parte superior.
Todo esto completado con piezas de decoración en cerámica en tonos claros, para dar contraste, y otras metálicas o de cristal, para dar luminosidad, hacen el tándem perfecto y son capaces de aportar calidez, elegancia y majestuosidad a una pieza que en principio estaba absolutamente desfasada.