La reforma implicó crear una zona común integrada por salón, comedor y cocina, “inspirada en un loft o en un club privado exclusivo, para que la persona que vive en él se sienta completamente protagonista”, aclara Patrick.
Los solados y revestimientos es una de sus principales bazas. La tarima de roble colocada en espiga acabada en barniz sin brillo, hacen del interior un espacio con personalidad y cálido. En la zona común, la tarima se enmarcó con terrazo a franjas blancas y negras hecho a mano, mientras que en sus paredes se recuperó el ladrillo original de la vivienda, que se encontraba oculto tras varias capas de enfoscado, y que se combinó con un friso de madera lacado en gris perla. Las carpinterías de ventanas se mantuvieron originales, con hojas de madera maciza y cerrojos verticales de hierro, y fueron restauradas para recuperar el esplendor de antaño. Para la zona de ‘invernadero’ se elige una mesa de bar con sobre de mármol y una silla de exterior. El objetivo era recrear la atmósfera de un café al aire libre, donde apetece leer un libro y tomar un buen té. La cocina cuenta con frentes en color verde grisáceo hasta el techo, y se completan con tiradores de latón forrados a mano con cuero, procedentes de Suecia.
La zona de día está formada por el salón, el comedor y la cocina, tres ambientes que se suceden en un mismo espacio sin que ninguna pared los compartimente. Dos elementos potencian el aire de loft neoyorkino: las instalaciones superficiales, ocultas junto al techo en un tubo metálico, y los focos dirigidos hacia las fotografías, para recrear el ambiente de una galería.
En el dormitorio se apuesta por el exotismo con glamour. Instalar puertas correderas en los baños hacen que queden integradas en el dormitorio, de ahí la importancia de que ambos espacios compartan la misma paleta de color. El retranqueo de uno de los dormitorios se aprovechó con una librería a medida, diseñada por el interiorista, con armarios en la zona inferior. Gracias a su acabado blanco roto, idéntico al de la pintura de la pared, se integra por completo en la decoración. El patrón asimétrico que siguen los estantes, cada uno con un ancho diferente, añade dinamismo al espacio. ¿Qué os parece este interior tan personal y ecléctico?
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¡Feliz comienzo de semana!