Las cortinas son un elemento decorativo de mucha importancia en nuestro hogar. Además de proporcionarnos intimidad o protegernos de la luz, y también del calor, pueden dar el toque perfecto a la decoración de cualquier estancia.
Por eso es importante tener en cuenta una serie de criterios a la hora de escoger las cortinas:
La forma y dimensiones de la ventana: si son del tipo balconera agradecen unas cortinas pero, si la ventana no llega hasta el suelo, igual es mejor un estor para aprovechar la parte inferior.
El espacio disponible: los metros son un factor clave a la hora de elegir las cortinas y acertar. Lo ideal es que las cortinas caigan desde el techo, pero lo que es indispensable es que deben llegar a rozar el suelo. Y para que nuestra tela tenga una caída bonita, ten en cuenta el dobladillo, lo que otorgará peso y alisará el tejido dependiendo del tipo que escojamos.
Orientación de la estancia y entrada de la luz: si la habitación tiene poca luz se recomienda elegir cortinas con tela de visillo: vaporosas muselinas, organzas Si son en color blanco, expandirán la claridad; mientras que en tonos amarillos, crearán efecto de luz solar. En estancias con mucha entrada de luz natural, lo mejor es elegir cortinas y visillos dobles, tejidos tupidos o sobrecortinas.
Consejos para su buen mantenimiento:
-Trátalas con cariño: No tires de la tela bruscamente a la hora de correrlas. Recógelas siempre cuando vayas a aspirar o barrer el suelo, así evitarás enganchones o que se rompa la tela.Cuando limpies los cristales, aplica el producto sobre un trapo en lugar de sobre la ventana directamente. De esta manera, evitarás que las telas y cordeles se manchen
-No te olvides de ellas: es conveniente hacer una limpieza a fondo – con una periodicidad semanal o quincenal– para eliminar la suciedad que se adhiere, aunque a simple vista no la veamos.
-Protégelas del polvo: usa una aspiradora con una boquilla y potencia adecuada para eliminarlo sin dañar el tejido.
-Protégelas del sol: evita tener siempre las cortinas en la misma posición o, si el tejido lo permite, dales la vuelta de vez en cuando.
-Evita la acumulación de olores: no te olvides de ventilar la estancia a menudo y escoger cortinas de cocina especialmente indicadas para estas estancias, están fabricadas con tejidos especiales que no acumulan tantos olores.
-A la hora de lavarlas: lo primero es leer con atención las indicaciones incluidas en la etiqueta del fabricante. Aunque en líneas generales, en caso de que se puedan meter en la lavadora te recomendamos optar por un programa con agua fría para evitar que se encojan y elegir un detergente suave. Con respecto a la opción de centrifugado, puedes utilizarlo siempre que sea suave y las cortinas no salgan secas del todo.
-Colgarlas enseguida para que no se arruguen: ten en cuenta que, si la cortina es muy finita y el material no necesita planchado, puedes colgarlas una vez lavadas para que se sequen ya puestas. Si aun así, necesitan una pasada de plancha, puedes utilizar una plancha de vapor para eliminar esas últimas arrugas, o poner como protección algo entre la plancha y la cortina, por ejemplo, una toalla o una sábana.
Desde Vivienda Saludable confiamos en que, siguiendo estos sencillos consejos y siendo constante, las cortinas de tu casa van a mantenerse como el primer día.