Es verdad que este blog tiene como principal objetivo hablar sobre diseño de interiores y movimiento slow, ser una fuente humilde de inspiración, pero a veces también se convierte en una plataforma desde la que hablar de la situación de la profesión y de nuestro día a día.
Sabemos la realidad en la que vivimos, pero también sabemos cómo se aprovecha la coyuntura para que todo valga. Y aquí no hay distinción entre el ser arquitecto por cuenta propia o hacerlo para alguna empresa.
No estamos generalizando, sabemos de lo que hablamos porque estamos rodeadas de amigas, de compañeros de trabajo con los que las conversaciones y los patrones se repiten sin parar. Que alguien te diga que ha conseguido un trabajo de arquitecto por 1000€ y le digas ¡qué bien, vaya suerte! es triste, muy triste. Ya no vamos a hablar de las horas extras que va a hacer, ni lo que va a tener que aguantar. Esto no es por vanidad u orgullo.
Esto pasa porque a base de repetición hemos normalizado la situación y hemos asumido la precariedad como punto de partida. Y ése es el gran problema de todo esto, cuando algo que ni por asomo es normal, lo tomamos como tal.
-No, no es normal trabajar por 700€ al mes siendo arquitecta
-No, no es normal tener contratos de administrativo, ser falso autónomo, que te paguen en negro…
-No, no es normal que se pague más en impuestos de lo que ganas para poder (sobre)vivir.
-No, no es normal trabajar gratis, por si luego me contratan la obra.
-No, no es normal llevar tres años en prácticas.
Porque, si ni nosotros mismos somos capaces de ponerle precio a nuestro trabajo, no pretendamos que nadie lo vaya a hacer. Hablamos de exigir que se nos reconozca con el salario nuestra profesionalidad, no de vanidad.
Deberíamos borrar la frase de “según está el panorama ni tan mal” porque así nunca conseguiremos que mejore.
Somos mujeres, autónomas, arquitectas y luchamos cada día por mantenernos a flote, pero ya está bien de que entre nosotros mismos nos tiremos cubos de agua aceptando cualquier cosa a cualquier precio, permitiendo estos abusos.
Esto no es una crítica, o una queja, es una reflexión en voz alta, porque el mundo no es siempre de color piruleta ni nuestros padres (los que nos mantienen) los Reyes Magos.
Os animamos a decir NO y a valorar tanto lo que somos como lo que hacemos!
El equipo de emmme studio