Por fin has tomado la decisión de cambiarte de casa, has preparado con mimo toda la mudanza, y ahora tu casa nueva está llena de cajas por todos lados. Ahora toca hacer la post-mudanza, sacar todo de las cajas y ponerlo en el lugar más adecuado.
Si has sido organizada, no te costará encontrar las tazas del desayuno, o la camiseta que te apetece ponerte mañana, o el peluche de apego de tus peques. Pero aún así, sientes que sólo hay cajas por todos lados y que no vas a conseguir deshacerte de ellas nunca.
Lo primero de todo, no te agobies. El estrés sólo te va a palarizar y no te va a dejar pensar con claridad. Ya verás como no es tan complicado. Vamos paso a paso. Despacito y con buena letra.
Las Mudanzas, una Nueva Oportunidad
Las mudanzas son la ocasión perfecta de eliminar todo aquello que te sobra y que muchas veces no sabías ni que tenías. Cuando empiezas a hacer cajas, te das cuenta de la cantidad de cosas que has acumulado, y empiezas a eliminar aquello que no quieres llevarte a la nueva casa.
Al final mudarse, significa empezar una nueva vida.Liberarte de cosas acumuladas en el pasado, te ayuda a progresar y afrontar la nueva vida con ilusión y sin cargas del pasado.Identifica cada caja para saber cuáles hay que deshacer antes
Aún habiéndote deshecho de muchas de tus pertenencias, has llenado más cajas de las que pensabas. Y ahora en el lugar donde debería estar tu bonita mesa de centro, sólo tienes cajas por todos lados. ¡Es hora de abrirlas y guardar lo que contienen en su interior!
Para ello lo mejor es que identifiques las cajas que contienen lo que necesitas inmediatamente y ponles una marca (por ejemplo una pegatina verde). Luego pon otra marca (pegatina naranja) a las cajas que contienen lo que vas a necesitar a medio plazo. Por último, identifica con una tercera marca (pegatina roja) las que contienen cosas que no importa que tardes más en guardarlas.
Informa a toda la familia de lo que significa cada marca, para que todo el mundo sepa cuáles son las cajas que antes hay que deshacer.
Planifícate y ve deshaciendo cajas poco a poco
Ahora que tienes todas las cajas marcadas según su orden de prioridad para ser abiertas, te va a ser mucho más fácil saber por dónde empezar. Así que ponte un objetivo realista del número de cajas que vas a deshacer cada día.
Si es demasiado ambicioso, te vas a dar la paliza y quizá no lo consigas. Lo que hará que abandones la operación post-mudanza. Es mejor que te quedes corta, y te animes a deshacer unas cajas más ese día. Ésto también te ayudará a saber cuántas cajas eres capaz de abrir al día y ajustar tu objetivo. También debes ponerte un objetivo final, es decir, el tiempo en el que deberías tener todo lo que hay en el interior de las cajas recogido y organizado en tu nuevo hogar.
¡Manos a la obra!
Hasta ahora sólo has pensado en cómo afrontar la apertura de cajas. Ahora toca ponerse a hacer el trabajo sucio. Pon un poco de musiquita que te anime y ¡empezamos! Cada vez que abras una caja, piensa en cómo y dónde vas a guardar lo que contiene en su interior.
¿Dónde lo Guardo?
Piensa en dónde y cómo la vas a utilizar, y eso te dará la respuesta de cuál es el mejor lugar para guardarlo. Lo que uses con más frecuencia, deberás de tenerlo muy a mano. Así que no pongas en un altillo o debajo de la cama lo que uses a diario.
¿Cómo lo Guardo?
Piensa siempre en que debe quedar a la vista, que te sea fácil cogerlo y volverlo a dejar sin desorganizar nada y que respete la forma original de ese utensilio o prenda.
No te olvides de:
1. Doblar en vertical, aquellas prendas que puedas guardar en cajones, cajas o cestas.
2. Usar las perchas adecuadas para cada tipo de prenda.
3. Utilizar el espacio en vertical y no sólo en horizontal.
4. Poner primero lo que antes caduca (para la despensa o el frigorífico)
5. Sacar el máximo partido a cada rincón de tu casa.
Has Trabajado Duro, te Mereces una Recompensa
Tanto la mudanza como la post-mudanza, son trabajos duros tanto físicos como psíquicos. Así que ya que has terminado, prémiate con algo que te apetezca mucho, como tu bebida favorita, un baño con espuma y velas, un rato en el sofá leyendo tu libro favorito.
TU TURNO: Cuéntame cuál ha sido el momento más duro de la post-mudanza y con qué te has premiado (soy masoca, quiero que me des mucha envidia)
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