Una de nuestras piezas preferidas son los balancines infantiles, porque no puede haber nada más simple y hermoso que además haga feliz a un niño... Todo lo que transmite es un momento de juego relajado, de alegría infantil e inocente, y poder transmitir esas emociones mientras transformamos este caballito fue lo que nos inspiró para escoger el azul aguamarina.
Cuando lo compramos, tenía los barrotes del respaldo rotos, la superficie estaba estropeada por el paso de los años y conservaba una pegatina que indicaba su origen: Bruselas. Nos olvidamos de hacerle fotos, así que sólo podemos enseñarte esta, después de encolar los barrotes, rascar la superficie y aplicar una capa de selladora al agua, para que la pintura se agarrara bien a la superficie.
Después de esperar el tiempo indicado por el fabricante, aplicamos la pintura acrílica al agua en color azul aguamarina. En los talleres siempre nos pedís consejos para pintar de forma más eficiente, así que aquí va uno: empieza por la parte de abajo, girando la pieza, dejando partes sin pintar para poder girarlo sin problema.
Por último, dale la vuelta y acaba de pintar la parte de arriba. Nosotros le tuvimos que dar dos capas para que quedara cubierto y, como era pintura mate, y los niños manchan mucho y no tienen cuidado de no rascar ni estropearlo, lo protegimos con una capa de barniz al agua satinado. Y este es el resultado:
Como ves, es una opción muy fácil para renovar un juguete que pasa de un hermano a otro, o recuperar una herencia y actualizarla a tu nueva decoración... Si quieres ver nuestro caballito balancín en aguamarina, pasa por su ficha aquí. O puedes seguir descubriendo otros tesoros que hemos rescatado y restaurado en nuestra shop online. Y si te apetece ver más tutoriales como este, pásate por la sección DIY del blog. Feliz fin de semana!!!