El yoga es una disciplina física y mental que tiene su origen en India, pero que desde hace ya tiempo se practica en todo el mundo en sus múltiples variantes. Se trata de una práctica saludable y sencilla en cuanto a configuración, que cuenta con un numero creciente de adeptos, de todos los géneros y edades. Puedes practicarla en casa, pero antes debes encontrar el lugar adecuado para ello; un entorno agradable y alejado del ruido en el que te puedas relajar.
Los espacios donde uno practica yoga deben ayudarnos a disfrutar de una inmersión completa en la disciplina. Por ejemplo, una habitación diáfana con abundante luz natural y alejada del ruido constituye un buen marco para crear tu cuarto de yoga, pero no todos contamos con el espacio perfecto. Por suerte, podemos recrearlo. No necesitas un gran espacio, ni que este sea exclusivo para su práctica, pero sí uno lo suficientemente amplio para que te permita realizar los ejercicios con comodidad. Aquí te dejo algunos consejos para decorar tu cuarto de yoga.
Tips para crear un espacio de yoga
La luz del sol brinda energía así que la primera opción es buena: practicar yoga en una habitación que tenga abundante luz natural; las habitaciones con amplios ventanales y vistas a un espacio natural se convierten en la mejor opción. Importante es también que esté alejada del ruido y/o que nos transmita paz si se trata de un espacio compartido.
Pero no importa si es una habitación pequeña o grande, lo importante es crear un espacio que conecte con tu paz interior de una manera sencilla. Y no es tan difícil como puedes estar pensando en estos momentos, ni tampoco va a representar un gran gasto dar con los elementos decorativos correctos.
Puedes vivir en un piso pequeño y a la hora de iniciar la práctica de yoga tal vez debas correr algunos muebles, bajar cortinas y cerrar ventanas para filtrar ruidos. No todas vivimos en casas enormes como las que solemos ver en las revistas. Pero no importa. Lo importante es estar cómoda y conectar. Comodidad y conexión son las palabras claves.
Elementos para decorar el cuarto de yoga
Entonces, podemos o no tener un espacio reservado exclusivamente a la practica de yoga o recrearlo cada vez que practicamos esta disciplina. Esa recreación tendrá que ver con eso de correr muebles, pero también con elegir música acorde y tener a mano elementos decorativos que nos lleven por la senda de la relajación. ¿Por ejemplo?Por suerte el equipo básico de yoga es bastante parco: una alfombra o esterilla que te permita realizar los ejercicios con mayor comodidad es imprescindible. Se venden de varios tamaños así que debes primero medir tu espacio, para comprar una que quepa y sea cómoda. Se venden en cualquier tienda de ejercicios o en las ortopedias. También es recomendable tener colocar frente a ésta un espejo que te permita corregir las posturas. ¿No hay espejo? No importa. Nos ayudará a pensar mejor en nuestro cuerpo, con más concentración.
Podemos incluir en el cuarto cojines o almohadones para aportar calidez al espacio, así como velas y dispersores de fragancias para conseguir un aroma agradable y una iluminación cálida que permita la relajación. Hoy en día se venden muchos dispensores de fragancias o humidificadores a los que le agregas unas gotas de aceite.
Yo compro varillas de sándalo, por ejemplo, y la enciendo unos minutos antes para que el aroma inunde toda la casa. Las lámparas de sal, tan populares ellas, son otra opción a la hora de decorar. ¡Las velas! Me olvidaba de las velas. Las velas, combinadas con el incienso son estupendas. Los que más saben del tema eligen distintas esencias y velas para trabajar distintas intenciones y chakras específicos. Así, el lavanda y el jazmín se asocian al chakra corona, mientras el patchouli y la canela despiertas el chakra de la raíz.
También puedes quemar hierbas curativas para limpiar de energías el espacio antes de comenzar. Aquí no conviene usar salvia blanca y optar sí por incienso, romero o las que tengas a mano en donde vivas. Y si te gusta la idea de generar algún rincón estilo altar no pueden faltar otros elementos.
Muchos de los practicantes de yoga se vuelcan un poco al budismo o a ese tipo de disciplinas, leen sobre cuestiones energéticas, biodecodificación y ese tipo de cosas. Entonces, puedes decorar con alguna imagen de Buda o con imágenes zen, como inspiración.
Sahumerios, lámparas de sal, incienso, dispersores de fragancia y por que no, alguna pequeña fuente de agua de esas que se enchufan y generan ese ruido tan relajante del agua corriendo. Las hay pequeñas y portables y ayudan mucho a los sentidos. Las piedras o cristales son otra opción de gran belleza a la hora de decorar: el jade trae paz y serenidad al lugar, mientras la amatista promueve la estabilidad y la paciencia. El cuarzo rosa es la piedra de la compasión y el amor propio, mientras el citrino se asocia con la prosperidad y abundancia.
¿Puedo tener plantas? Claro, es el toque natural y ayuda a mantener el espacio limpio. Las plantas de interior son geniales para dar energía positiva y no dan sensación de desorden. Puedes colgarlas del techo o tenerlas en el piso junto a la ventana.
Paredes y colores del cuarto de yoga
Las paredes diáfanas contribuyen a la concentración, si bien suele ser muy práctico disponer de algún mueble bajo en el que organizar todos los útiles relacionados con esta práctica milenaria. Pintarlas de colores suaves contribuirá a crear un espacio que invite al relax; blancos, colores tierra y/o suaves pastel pueden ser la mejor opción.
Entonces, ojo con los colores fuertes. Puede ser que te encanten el violeta o el verde, pero a la larga te resultarán colores algo oscuros y opresivos para el estado mental y físico que persigues al practicar yoga. Apunta entonces a la claridad, al reflejo de la luz, ya sea solar o artificial, y a colores como el blanco, el crema, los colores arena o incluso un turquesa suave, un verde salvia, azul pastel, lavanda, rosado.
En el otro apartado hablamos de la iluminación, que puede ser natural si tenemos suerte de tener ventanas amplias o un balcón a la vista, o puede ser más artificial. Hoy en día podemos comprar lamparillas LED tonos cálidos que, junto con la lámpara de sal anaranjada y un buen color en las paredes crearán el ambiente ideal para hacer yoga.
Pero si le damos una vuelta de tuerca a la cuestión de la iluminación podemos meternos en el tema de colorterapia. En los estudios profesionales de yoga se trabaja así y, a pequeña escala, podemos hacer lo mismo en casa.
La color terapia trata de activar ciertas partes del cerebro durante los distintos ejercicios del yoga. Por ejemplo, el rojo y el naranja motivan las posturas más intensas del ashtanga yoga. El rosa y el verde son más relajantes y mejores a la hora de estirar y en el yin yoga. El celeste es genial para hacer foco y meditar en profundidad. Si te gusta la idea entonces opta por tener un buen dimmer para poder jugar con la intensidad de las luces.
Básicamente, a la hora de pensar en un cuarto para practicar yoga hay que tener en cuenta un espacio ordenado, con elementos naturales, paredes pintadas sin colores chillones, iluminación solar o con lámparas LED o velas o lámparas de sal, puedes tener pósters o tapices colgando, plantas, algún espejo de cuerpo entero, cristales, piedras, el mat de yoga, una toalla. Y tiempo, ganas y confianza.