Todavía recuerdo cuando lo compramos para nuestra casita en Capiscol. Carlis ya tenía mesita de noche, pero a mi lado de la cama no tenía nada para dejar mis cosas más a mano.
Sabía que quería el carrito Raskog de Ikea, lo tenía clarísimo! con mi obsesión de estos últimos meses por el negro mate, era un sí o sí en nuestro espacio.
Cuando lo vió montado le encantó! y creo que fue a partir de entonces, cuando comenzó a amar el negro en los detalles tanto como yo!
Es curioso como cada hogar te inspira una cosa, una gama, un mobiliario distinto, un estilo diferente...
Las necesidades de cada hogar son diferentes, y lo que comenzó siendo una mesita de noche, aquí en Mallorca sería un organizador para mi cuarto de baño. (Si!! tenía que decirlo! tengo cuarto de baño para mí solita!) Mira que teníamos la idea clara de que no necesitaríamos usar los dos, que nosotros, viniendo de una casita tan pequeña, nos venía igual de cómodo usar el mismo, pero no, fue llegar, y cada uno tiró para un cuarto de baño diferente, (eso es buen entendimiento jejje) El caso es que yo me quedé con el cuarto de baño pequeño, y una de las cláusulas del contrato era no hacer agujeros en azulejos.
Entre eso, y que las medidas ya sabéis que no siempre son lo funcionales que nos gustaría...Raskog era la única solución práctica y estética para ese huequito libre.
Le he dado muchas vueltas, tener a mano todo aquello que usas en tu día a día es necesario si lo que quieres conseguir es que aporte la solución al problema pero... y si darle un toque diferente? y si consigo tener todo aquello que necesito a mano y a la vez creo una estética con más armonía escondiendo el resto en pequeñas cajitas?
Hoy el look que os traigo es 100% made in Ikea, no podía ni quería que fuera de otra manera.
Las cajitas de bambú (Dragan) aportan ese toque cálido que tanto nos reclama esta casita tan inundada de luz, la tapa funciona a modo bandeja y su interior es más que suficiente, así como la cajita de junco marino que tenía ya de hace tiempo.
Me solucionan ese problema de espacio y armonía de la que os hablaba.
Sin ninguna duda el toque personal es lo que hace que me encante el resultado final. No podía faltar ese pequeño ramito de Hortensias que mi madre me regaló hace unos meses, con muchísimo cuidado llegó sana y salva, y no sabés lo que me alegro por ello.
El resto...son todos los productos de mi día a día. Incluyendo mi Terracotta de Guerlain que me regaló Sephora hace tiempo, mis polvos iluminadores de Lancome, maquillaje y corrector de Urban Decay también de Sephora, y mi varita mágica esencial sin la que podría vivir, mi contorno de ojos por excelencia de Estee Lauder
:)