En este marco histórico los palacios se llenan de muebles con un nuevo estilo: el Isabelino. Esta corriente recupera los rasgos más puntuales del estilo Imperio, con el lujo y el poder como símbolos. Volvemos a la caoba pero dando paso a nuevas materias como el palo santo o el nogal. Por otro lado adquiere fuerza la marquetería frente al bronce.
Nostalgia de Napoleón
Mientras los principales gobernantes se reparten el poder, nace una nueva forma de ver el mueble. Con clara influencia del estilo Imperio, toma de éste tanto formas como materiales, recuperando de la época napoleónica aquellas cabezas de esfinge y garras que simbolizaban las victorias de Napoleón. Las líneas serán en un principio rectas y la sencillez dará paso a los grandes muebles de aspecto cúbico y gran robustez.
La burguesía está en las sillas, mesas, camas, etc. y los palacios de los reyes se llenan de lujo y fastuosidad. Los muebles son revestidos por telas y las patas se tornean al estilo Luis XVI al tiempo que los brazos toman formas curvadas de cisne y seres fantásticos.
La fabricación de los muebles se hace más económica al amparo de la industrialización. Los sofás y camas del estilo isabelino son de góndola. De nuevo se vuelve a los tres pies del estilo Imperio y de la Pompeya del siglo I. Esta tendencia se plantea en veladores o mesas, pero también se emplean otras opciones: un único pie central, formas torneadas y poligonales, etc. Talladas también están las consolas, recuperando de nuevo las volutas.
Caoba y marquetería
Se recupera la caoba característica en el mobiliario del siglo XVIII que incluye chapas decorativas de palmas. La caoba será sustituida con el tiempo por otras materias como el pino o el ébano. Sin embargo, destacó sobre todo el palo santo: una madera pesada y dura en la que se aprecian varias tonalidades que van del amarillento al castaño. Mientras tanto, las sedas de épocas anteriores se sustituyen por los papeles pintados.
Las patas cabriolé de los muebles, inspirados en el estilo Boullé, tienen aplicaciones en bronce. La utilización de este último material fue recurrente durante el estilo Imperio, que tanto influye en el Isabelino, pero poco a poco se preferirá la marquetería como recurso decorativo. Será aplicada, por ejemplo, en los filetes de los muebles de la corte.
Imágenes: Restamueble.galeon.com