B.D Barcelona Design nació en el año 1972 como una pequeña productora creada por los arquitectos de Studio Per, formada por Óscar Tusquets, Pep Bonet, Cristian Cirici, Lluís Clotet, junto con Mireia Riera. Más que visionarios, atrevidos, alocados, incluso irreverentes, decidieron montar Bocaccio Design (nombre original de la productora) para producir los diseños que las empresas del entorno y del sector rechazaban sin compasión. En su nacimiento contaron con la ayuda y el apoyo de Oriol Regàs, uno de los empresarios de la noche barcelonesa más reconocidos, creador de Bocaccio, la boite, centro neurálgico de la Gauche Divine. La editora nació a media luz, entre copas y risas, al ritmo de la música que por entonces arrasaba en la noche barcelonesa, en el mismo Bocaccio, en la calle Tuset, de ahí su nombre.
Los primeros tiempos de Bocaccio Design transmitían incertidumbre y aventura de lo más alocada; producían objetos y productos extravagantes, irracionales, incluso descabellados: cojines hermafroditas de los pintores Arranz-Bravo y Bartolozzi, waterbeds, muebles ficticios de cartón? En el fondo, tal y como se ha demostrado, eran unos auténticos genios.
Desde sus inicios, B.D Barcelona Design ha sentido un profundo respeto y admiración por los grandes maestros, hecho que se materializa en los muebles de Gregotti y en las primeras reediciones de piezas firmadas por Terragni, Rietveld o Mackintosh.
Óscar Tusquets Blanca relata en primera persona, en el libro Dalí y otros amigos, cómo consiguieron salvar el proyecto: “En nuestra tienda de la Via Augusta montábamos escaparates ?digo montábamos porque era así, todo lo hacíamos nosotros personalmente? de lo más pintorescos: con un waterbed que perdía agua, una colcha de ganchillo de la abuela de Mireia, un perro disecado. (…)
Con este planteamiento no es de extrañar que no hiciésemos mucho dinero y que en unos meses la inversión económica de Oriol que debía compensar nuestra dedicación se fuese agotando. Una noche nos reunimos para cenar en un privado del restaurante Via Veneto para comentar la cuestión. Puede extrañar que teniendo problemas económicos quedásemos en un sitio tan elegante y tan caro, pero entonces Oriol también era propietario de aquel restaurante, el más pijo de la ciudad. (…) Allí nos reunimos aquella noche Oriol, que tenía el cincuenta por ciento de las acciones de Bocaccio Design, y los cinco currantes, que teníamos un diez cada uno. Nosotros reconocimos que no lo estábamos haciendo muy bien, que la empresa perdía dinero, que se habían agotado los fondos, que estábamos muy presionados por los acreedores y que no había otro remedio que hacer un aumento de capital. Oriol, con la desenvoltura que siempre le ha caracterizado, nos contestó que no podía aportar más dinero, que lo que debíamos en Bocaccio Design era absolutamente ridículo en comparación con lo que aquel restaurante donde estábamos cenando debía sólo al carnicero, que la verdad era que no veía futuro a nuestro proyecto…, y que lo mejor sería dejarlo correr; desde luego él estaba absolutamente dispuesto a vendernos su cincuenta por ciento por exactamente la misma cantidad que había ingresado. Tras el jarro de agua fría, mientras esperábamos los cafés, Pep y yo nos refugiamos en los lavabos (cuántas cosas decisivas suceden en los lavabos públicos, casi tantas como en las cocinas durante las fiestas privadas). Allí, en caliente -aunque estábamos helados-, frente a nuestros urinarios decidimos aceptar la oferta; sacar el dinero de donde fuese, de nuestros amigos, y comprar las acciones de Oriol. (…)
Cuando volvimos a la mesa lo propusimos a todos los implicados: no consigo explicarme cómo, todos aceptaron (en vista del espectacular éxito posterior de BD tal decisión puede parecer razonable hoy, pero entonces era temerariamente voluntarista). Así lo hicimos: invitamos a comprar acciones a algunos amigos, tan temerarios como nosotros, y convencimos a Xavier Carulla -un aparejador que durante sus estudios de Arquitectura había trabajado varios años con nosotros en Studio Per y en el que teníamos muchísima confianza como organizador- para que se viniese como director general…
Y conseguimos salvar el proyecto.”
Con la llegada del tercer milenio, BD se reinventó de nuevo para transformarse en B.D Barcelona Design.
La perspectiva cambió radicalmente, la digitalización se apoderó de nuestras vidas en todos los ámbitos. Se acercaba el final del minimalismo o del minimalísimo, tal y como lo llamaba Juli Capella. Ron Arad producía para empresas como Kartell, Ikea y Habitat desembarcaron con fuerza para alterar el mercado; llegó la democratización del diseño. Y de forma contundente, irrumpió el concepto de comunicación: “Lo que no se comunica no existe”, palabras de Oliviero Toscani y Jaime Hayón, alumno suyo, lo aplicó concienzudamente.
B.D Barcelona Design supo adaptarse a los nuevos tiempos, a los cambios y al progreso y globalización. La firma española se especializó para conseguir ser competitiva; la producción y distribución lo requería.
A partir de entonces, en el año 2001, B.D Barcelona Design tomó un rumbo que no dejó indiferente a nadie: Ross Lovegrove diseñó una colección de tres piezas de plástico (algo insolito para la editora), bautizada con el nombre de BDlove, más de 10 años en el mercado, y sigue en plena forma.
El diseñador industrial Alfredo Häberli fue el elegido para diseñar una nueva colección “Happy Hour”, una amplia selección de mobiliario que reflejaba a la perfección el nuevo momento de ilusión y entusiasmo que vivía la marca.
Otro proyecto importante diseñado por el mismo Häberli, revolucionó el concepto de mobiliario urbano inaugurado por BD con la producción y materialización del Banco Catalano; el diseñador suizo de origen argentino creó los Bancos Suizos como homenaje al diseño del Banco Catalano.
Más recientemente, el talentoso y extravagante Jaime Hayón, diseñó la colección “Showtime”, presentada el año 2006, propuestas que se han ido ampliando con nuevas piezas desde entonces.
Definitivamente, desde Gaudí a Mackintosh, pasando por la genialidad de Dalí, el entusiasmo y profesionalidad de Tusquets y compañía, la excentricidad de Jaime Hayón, el talento de Xavier Mañosa y Christian Zuzunaga, Lovegrove y tantos otros, B.D Barcelona Design, con más de 40 años a sus espaldas, sigue con una salud envidiable. www.bdbarcelona.com/
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