No es necesario vivir en una casa en el campo para aplicar el estilo rústico y llenar el ambiente de calidez y sensación de paz: basta con introducir algunos de sus elementos clave en tu decoración y ya podrás experimentar ese poder relajante que se consigue con este estilo.
La madera es la clave del estilo rústico: Es un material vivo, que cruje, y regula la temperatura de la casa. Los acabados que dejan la madera prácticamente en bruto, con los nudos y las imperfecciones a la vista, son nuestros preferidos. Y ya si podemos incorporar vigas en el techo, parquet de grandes tablones, muebles de madera maciza en equilibrio con otros más nórdicos y minimalistas; taburetes o mesillas realizadas con robustos troncos…
Importancia de la luz: Deja entrar la luz de grandes ventanales o ventanas en los tejados si tienes posibilidad de diseñar tú mismo la casa. Otros aliados para incrementar la luminosidad son los colores claros en los textiles y los espejos, que reflejan la luz y dan una mayor sensación de espacio.
Un toque vintage y de anticuario: Las piezas antiguas son un tesoro, pero si no cuentas con piezas de herencia o coleccionista puedes ir en su búsqueda en mercadillos. En Madrid te recomendamos darte una vuelta por El Rastro y en Barcelona, por Mercantic. Ambos mercados son los domingos.
Pavimentos naturales Además de la madera, las baldosas artesanales de barro cocido tienen el valor de su singularidad. Además, las baldosas hidráulicas están experimentando un resurgir impresionante en estos últimos años, en el mercado puedes encontrar multitud de diseños estampados y geométricos que avivan el suelo. El cemento pulido o el microcemento, de toque más moderno, también encajan a la perfección en ambientes de tipo más rústico.
Cocinas vintage Los fregaderos de piedra, los muebles bajos, las alacenas con tela de gallinero, los estantes de obra… son las claves de la cocina rústica. Llena de mimbre o esparto el resto de elementos decorativos y ya lo tienes.
Textiles en lino: En el dormitorio, o incluso en los cojines del salón, el tejido que más se identifica con este estilo es el lino. Es natural, ecológico y crea unas arrugas que personalmente me encantan. También puedes incorporarlo en cortinas.
Además, en el dormitorio, puedes incorporar fibras vegetales en alfombras y cestas, mesillas realizadas con troncos de madera, cabeceros recuperados o decapados…en general, todo lo que evoque lo natural y artesano creará esa atmósfera única.
Reciclaje de mobiliario: El reciclaje es un punto fuerte en este estilo. Imagina una vieja puerta de granero reconvertida en la nueva puerta de tu lavadero o del baño de casa.
Por último, en cuanto a colores, este estilo se caracteriza por utilizar el blanco en todas sus tonalidades debido a que consigue crear calma y una atmósfera serena. Los ocres, arena y verdes también pueden ser útiles y otros colores neutros por excelencia ideales para este estilo son el beige y el gris.
¿A qué esperas para incorporar este estilo en casa? ¿Eres tan fan como nosotras?
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