En la casa había bastantes muebles viejunos… Ya os enseñé los sillones giratorios y cómo los transformamos con unas fundas nuevas, igual que el cambio de la cocina con una manita de pintura y una redistribución de los muebles. Pero también había tres sillas con una estructura muy bonita, pero con la tela del asiento llena de manchas y bastante feucha. Como aquí no se tira nada, ahí estaban esperando su momento para volver a la vida y me he puesto manos a la obra… ¡Os enseño el antes y el después y luego os cuento el proceso!
El antes y el después de las sillas recuperadas
¿Qué os parece? Con este color y un estampado más actual nos encaja mucho mejor en la decoración. Os cuento cómo hacerlo porque es bien sencillo. Lo primero que hice, fue desmontar el asiento para poder pintar la silla más fácilmente. Le di una manita de imprimación y luego les di solo una más de pintura blanca.
Desmontamos el asiento, imprimamos y pintamos del color que queramos
Mientras se seca, podemos aprovechar a tapizar el asiento. Para hacerlo bien necesitaremos una tapizadora, que es como una grapadora grande pero más potente y con grapas más fuertes para poder clavarla a la estructura de madera del asiento. ¡Y una tela que nos guste, claro! Como no necesitaremos mucha cantidad, podemos buscar en los retales de una tienda de telas, que siempre se encuentran ofertas estupendas.
Cortamos la tela dejando margen por los lados para poder fijarlo bien. La colocamos debajo del asiento, doblando los bordes y tensando para que no quedes arrugas y para que no se mueva vamos colocando las grapas en la parte central de cada lado. Una vez fijado, ya podemos ir colocando el resto de las grapas. No soy una experta tapizando, ni mucho menos, así que yo os cuento que en las esquinas, uso la misma técnica que con el papel de regalo… Una de las dos partes la doblamos siguiendo el contorno del borde de la silla y la otra hacia arriba, de manera que no queden arrugas a la vista. En este caso la estructura hacia un escalón y me ha quedado un poco raruno, pero como por arriba no se ven arrugas lo he dejado así, jejeje
Usamos la tapizadora para unir la tela al asiento
Cuando se haya secado la pintura, atornillamos de nuevo el asiento y… ¡voilà! ¡Sillas como nuevas! Os enseño dónde he colocado dos de las sillas en el salón.
¡Sillas terminadas y en su sitio!
¿Os habéis dado cuenta de que eran tres sillas y solo hay dos en la foto? En el próximo post os enseño el rinconcito que me he creado con la tercera!
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