Hace algún tiempo que en esto de la decoración hemos caído rendidos ante el auge del estilo nórdico. Hay que reconocer que los finlandeses, suecos y noruegos han sabido hacerlo muy bien, creando espacios especiales, llenos de luz, funcionales, caracterizados por un minimalismo propio que enamora. Y lo mismo ocurre cuando se sientan a la mesa.
En ese sentido, los del norte se valen de un principio, el uso del color blanco y de la madera. Tanta es su obcecación por dar protagonismo a los elementos más naturales, que llegan incluso a prescindir de los textiles. ¿Os habéis fijado que muchas veces no utilizan mantel? Algo impensable para nosotros, los ingleses o los franceses.
Bajoplatos de madera… ¿Sí o no?
En el estilo nórdico también tienen una gran presencia las plantas, ya sea en forma de detalle, como este ramillete o en un centro. Los tulipanes son sus flores preferidas y suelen presentarlos en jarrones de cerámica o vidrio. Tarros, violeteros, mini-floreros en cristal… ¡Todo nos gusta!
Asimismo, ponen especial atención a la cristalería. En los momentos más especiales tienen presencia las copas y flautas facetadas o decoradas con filo dorado o platino, como es el caso de la imagen de abajo. Para diario, los nórdicos prefieren la sencillez y eligen modelos lisos. Por su parte, la vajilla siempre simple y en blanco absoluto.
La última norma: simplicidad, simplicidad y simplicidad. Las composiciones son llanas, sencillas, prácticas, nada sobrecargadas. Los nórdicos lo tienen claro: “menos es más”.
¿Eres de los que prefieren el estilo nórdico o algo más tradicional?
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