Es por ello que vamos a aprovechar estos días para acondicionar nuestras casas y aplicar ciertas medidas que van a ayudarnos a ahorrar. Y, en concreto, en esta ocasión dichas medidas van a venir de la mano de la decoración.
6 claves para ahorrar en calefacción decorando
1. Alfombras. Es cierto que cada vez es más común utilizar alfombras durante todo el año, gracias a materiales como el bambú o el yute, perfectos para el calor. Pero, en invierno, estas aportan, además, un valor funcional, y es el de mejorar el aislamiento de las casas. Así, los tejidos más apropiados para los meses de otoño o invierno son la lana, el algodón y las fibras sintéticas, destacando las alfombras mullidas y de pelo.2. Cortinas. Las ventanas son la zona de la casa por donde más se puede escapar el calor acumulado, así que, además de contar con modelos aislantes (los perfiles de PVC son los más recomendables) y persianas en buen estado, vamos a ayudarnos de cortinas opacas de tejidos gruesos, como la lana, el jacquard…
Otra opción es escoger cortinas térmicas, que actúan como aislante, tanto en invierno como en verano. Durante los meses de verano, reflejarán los rayos del sol, para que no entre el calor en casa, mientras que, durante el invierno, ‘devolverán’ el calor de la calefacción de nuevo al interior.
3. Revestimientos. Mejorar el aislamiento estructural de la vivienda y reforzar las paredes una vez construidas es algo más complejo, por lo que instalar revestimientos puede ser la mejor alternativa: frisos de madera, paneles de PVC e, incluso, vinilos autoadhesivos.
4. Calidez visual. ¿Sabéis lo que ocurre en temas de salud con el efecto placebo? Pues esto es algo parecido… Se trata de crear ambiente a través de elementos visuales como una iluminación cálida o una decoración preferiblemente en tonalidades oscuras.
5. Estanterías de libros. Algo tan común en los hogares como son las librerías de libros pueden tener una excelente capacidad aislante. Por ese motivo, lo recomendable es ponerlas en paredes que den a la fachada.
6. Textiles. Parece una obviedad, pero lo que no podemos pretender es encontrarnos en casa en manga corta durante el invierno, pues no es coherente, ni eficiente, ni económico. De este modo, la temperatura máxima recomendada para una casa en invierno es de 21º, y la mínima de 18º. Por eso, para esos ratos de sofá en los que nos quedamos fríos, una buena manta se convertirá en nuestra mejor aliada.
Esperamos que esta información os haya resultado útil. Nos vemos en el próximo post de Vivienda Saludable.