Transformar nuestro hogar en uno más accesible supone una mejora de la calidad de vida, especialmente para personas con movilidad reducida o cuando una avanzada edad hace difíciles movimientos que antes no lo eran.
Por lo general, hacer nuestra vivienda más accesible pasa por eliminar las diferentes barreras arquitectónicas. Y, aunque mucha gente se piensa que solo se limita a las escaleras, lo cierto es que hay muchos más aspectos que se pueden cambiar para lograr que un hogar sea más cómodo. Desde Vivienda Saludable vamos a repasar algunos de ellos:
- Cambiar la bañera por un plato de ducha. Una ducha a ras de suelo facilita que las personas puedan lavarse de forma independiente, así como la instalación de un asiento abatible desde el que poder asearse con más comodidad sin temor a caerse. Las barras de ayuda cumplen una gran labor, puesto que permitan apoyarse o agarrarse con fuerza para realizar cualquier movimiento. Algunos grifos pueden ser difíciles de abrir, especialmente si son difíciles de sujetar, por eso es mejor buscar modelos sencillos tipo monomando. Y no hay que olvidar que los sanitarios deben estar libres de obstáculos para evitar peligro de caídas.
- Conviene que los picaportes de las puertas y las manillas de las ventanas estén situados entre 70 y 90 centímetros del suelo. Si tienen forma de U o son extra-largos, son más fáciles de manipular. Esto también puede aplicarse a los tiradores de los armarios de la cocina y los armarios.
- Instalar salvaescaleras: las sillas salvaescaleras están más indicadas para personas que, aunque puedan caminar, lo hacen con dificultad. Incorporan un asiento y permiten desplazarse siguiendo el recorrido de la escalera, se adaptan prácticamente a la gran mayoría de escaleras y permiten, tanto, salvar unos pocos escalones, como escaleras de varios pisos y mayor complejidad. Las plataformas salvaescaleras disponen de una mayor envergadura que las sillas y están especialmente indicadas para su utilización por personas en silla de ruedas, aunque también es posible la adaptación de un asiento plegable.
- Instalar pasamanos: preferiblemente ergonómicos, de un diámetro de entre 4 o 5 centímetros, establecidos en una altura aproximadamente entre los 90 y 105 centímetros, y lo más importante es que deben estar separados de la pared.
- Apostar por suelos antideslizantes y sin irregularidades para evitar tropiezos y resbalones.
- Acceso a la vivienda: es importante que la entrada a la vivienda cuente con espacios amplios de ambos lados de la puerta (diámetro de 1,5 metros mínimo) para cuando sea necesario el uso de silla de ruedas o de un andador. En este sentido, es importante cerciorarse de que el propio grueso de la hoja de la puerta, una vez abatida, no disminuya esa anchura de paso de la puerta.
- En este mismo sentido, es importante contar puertas de paso cero, sin escalones que dificulten la entrada. Desde Kömmerling cuenta con PremiPlan Plus, un umbral para puertas que se instala embebido al suelo y facilita el paso de personas con movilidad reducida.
- Con respecto a los ascensores tenemos en cuenta que para que estos se puedan adaptar a personas en silla de ruedas, estos deben contar con unas medidas de cabina de 1 metro de ancho por 1,2 metros de largo.
- Poner rampas de acceso: con un ancho especifico: 120 centímetros para poder acceder sin problemas con una silla de ruedas, andador o cualquier otro aparato que asista a la movilidad. Es importante tener en cuenta la longitud de la rampa, nunca mayor de 9 metros. La pendiente dependerá de la longitud. Para rampas de 3 metros el desnivel será inferior al 10 %. El desnivel disminuirá al 8 % en el caso de que la rampa tenga un tramo de los 3 a los 6 metros. Será inferior al 6 % si el tramo es de 6 metros.
Es fundamental que las instalaciones y los mobiliarios en general estén adaptados a las necesidades de la persona con problemas de movilidad. Deben ser funcionales, cómodos y, sobre todo, con un manejo sencillo. Puede ser conveniente asesorarse por un profesional que indique las distintas opciones de mejora de la vivienda. Y saber que en muchas comunidades autónomas hay programas de ayudas y subvenciones para realizar ese tipo de obras y reformas.