Hace ya unos meses, de no-Navidad, Fer me regaló algo que había querido desde hacía años: un humidificador y difusor de aceites esenciales. En los meses que lo he tenido, creo que lo usamos casi diario. Lo prendemos en las noches, un rato antes de irnos a dormir, y como tiene un timer y se apaga automáticamente si el agua no alcanza, es perfecto. Desde hacía rato había pensado en compartirles las ventajas que le he encontrado a tener un difusor de aceites esenciales, y hoy ya por fin me senté a escribirlas.
¡Los olores son importantes!
De ahí que la aromaterapia exista y que, así como hay olores que pueden llegar a darte naúseas (no te voy a dar ideas), también hay otros que pueden ayudar a que te relajes o estés más alerta. Además, los olores traen recuerdos, igual que los sabores. El olor es un sentido tan instintivo que muchas veces no es muy racional ni lógico y, según lo que huelas en un momento dado, puedes transportarte a un periodo específico de tu vida o a un lugar en particular. Hay un olor que muchas veces hay en algunas tiendas, que no sabría describir, que me transporta inmediatamente a Disney. O a una época del colegio. O a la casa de mis papás.
Una forma no tan llena de químicos misteriosos y sintéticos de lograr sumar olores a tu vida es a través de aceites esenciales, que puedes usar de mil formas diferentes. Por hoy, nos vamos a concentrar en cuándo usar un difusor de aceites esenciales, que fue la razón original de comenzar la entrada. Otro día te doy más ideas de cómo puedes sumarlos a tu rutina y empezar a usar menos químicos.
Tu casa puede tener su olor propio
¡Esto es rico siempre! Puedes comenzar a asociar un par de olores con tu casa, para que cuando llegues después de un día largo tu mente se de cuenta de que ya, por fin, se acabó el día y puedes respirar profundo y relajarte. Además, si tu difusor es lo suficientemente portátil, creo que puede funcionar también en viajes, sobre todo si sales muy seguido por trabajo. Siempre es bonito sentirte en casa en un cuarto impersonal de un hotel, y esta es una forma de lograrlo.
Trata de encontrar un par de aceites esenciales que te gusten juntos o mezclados de diferentes formas. Por ejemplo, para mi son bergamota, lavanda y romero. Cuando quiero algo más fresco, sobre todo en las mañanas, uso bergamota, que es medio cítrico, con romero, que es bien herboso. En las noches, junto alguno de los dos con lavanda para que sea más relajante.
Cuando invitas a tus amigos a la casa,también puedes poner esos aceites desde un rato antes de que lleguen. Así, tu casa va a oler fresco y rico cuando lleguen tus invitados y, con el tiempo, van a poder identificar el olor con tu casa y contigo y asociarlo a los buenos recuerdos que hagan en ella.
Está bonito, ¿no? Es algo que no había pensado sino hasta que una amiga, cuando llegó a la casa después de años de no visitarla (vivimos en países diferentes), me dijo que mi casa siempre tenía un olor muy reconfortante cuando llegaba y que siempre lo recordaba. Ahí tienes una idea.
A dormir como un bebé
Hace ya rato que escribí una entrada sobre diferentes formas de relajarte para dormir mejor, que incluyen desde aromáticas hasta técnicas de respiración. Pues bueno, el difusor de aromas también puede ser tu aliado. En noches en que estoy particularmente estresada o me siento mal por alguna razón, me ayuda un montón poner el difusor con aceite esencial de lavanda. Es como todos esos sprays que venden y no sabes bien qué tienen, pero en todo tu cuarto, toda la noche (o hasta que se acabe el agua del contenedor). Es súper rico.
El toque final de la limpieza
Después de barrer, trapear, desempolvar y todas esas cosas para que tu casa esté en orden y limpia… ¿qué mejor que huela rico? Hay algunos olores que es muy fácil asociar con la limpieza. Piensa, por ejemplo, en limón. Menta o hierbabuena. Árbol de té. Además, hay formas de hacer tus propias cosas para limpiar con aceites esenciales, pero la verdad, apenas estoy explorando ese territorio… En cuanto tenga más detalles, te iré contando. Por ahora, un adelanto: hay varios aceites que tienen propiedades desinfectantes. Suena bien, ¿no?
Hacer yoga o meditar con la nariz en el presente
Algo que siempre buscas, y que en realidad es parte del objetivo, cuando estás haciendo yoga o meditando es poder estar en el presente. Estar de verdad. Presente. Aquí. Ahora. Hay muchísimas formas de lograr esto: desde concentrarte en el entrecejo hasta seguir o recitar mentalmente un mantra. Una más, es el olfato. Estar presente a través de lo que hueles. Estoy segura de que, de buscarlo, debe haber aceites y olores que recomiendan según qué chakra quieras estimular o qué energía o cualquier cosa de esas. ¿Mi opinión? Si te mantiene en el presente, ya es suficiente. Respira bonito.
¿Cuáles son tus olores propios?
Las ideas que te di son solo algunas ideas para usar tu difusor de aceites esenciales. Seguramente, ahora se te están ocurriendo varias más y eso está bonito. También, que pienses cuáles aceites son tus favoritos. Cuando los escojas, pregunta si tienen probadores para que puedas olerlos (no te asustes porque huelan muy fuerte, piensa que los vas a diluir en agua) y revisa que no tengan ingredientes adicionales para rendirlos sino que sean puros.
Normalmente, los aceites esenciales no son tan baratos… Pero duran muchísimo y la inversión realmente vale la pena. Además, varios tienen muchos usos diferentes. Puedes revisar en Pinterest y hay millones de recetas para productos alternativos que puedes hacer en casa para usar menos químicos y estar bien, y generalmente se basan en aceites y aceites esenciales.