Pero si no puedes con tu enemigo (léase, si te tienes que aguantar con tu espacio), únete a él. Y quizá, si le das una vuelta, si te planteas otras soluciones, si cambias el punto de vista, si mueves algunos muebles o cambias algunos complementos, quizá entonces no es tan malo.
Sofá seccional
Ja! No es una solución de riesgo, verdad? De hecho, es común y, todo hay que decirlo, muy funcional. Está evolucionando tanto que da mucho juego y permite aprovechar el espacio al máximo. Hay tantos modelos y tan diversos, algunos tan atrevidos, que a menudo se están convirtiendo en los protagonistas de las salas familiares. Yo, confieso, quiero uno.
Foto: Cereal
Sensación de profundidad
Resulta que como el salón es estrecho y alargado no queremos dar más sensación de longitud. ¡Pero que sí, que funciona! ¡Vamos a acentuar los defectos porque son los que nos definen! Rayas longitudinales, así, bien notorias, y el salón crece. Y si no lo hacemos con las rayas de la alfombra, podemos probar con otros elementos (mesas, sillas, bancos alineados creando pasillos que marcan la continuidad hasta el fondo, por ejemplo).
Foto: House and Garden
Sillas ligeras
Esto funciona siempre. El asiento extra que sea visualmente ligero. ¿Qué significa esto? Poco volumen, cuerpos abiertos, superficies que se elevan sobre el suelo. Son sitios extra para invitados, no son las sillas en las que nos sentamos cada noche a ver la tele (a mí me gusta tumbarme y taparme con la manta; estas sillas no sirven, pero sirven para los que vienen a charlar).
Foto: Fantastik Frank
Romper la distribución
No. No hay sólo una regla. No existe una única fórmula. A veces, la solución menos previsible es la que mejor funciona. Creemos que en los espacios pequeños solo podemos llevar los muebles al perímetro, y sin embargo, ¿por qué no probamos la diagonal? O las líneas transversales. Si el sofá no pesa mucho, prueba en todas las posiciones. Si pesa, hazlo también, ¡pero con ayuda!
Foto: Rue Magazine
Mirando de frente
Efectivamente, es justo lo contrario de lo que hemos dicho antes, pero ¿quién ha dicho que existen reglas? No las hay. O si las hay, se pueden romper constantemente. Ahora disponemos toda la zona de estar mirando de frente, al fondo de la línea de profundidad. En vez de acentuarla como antes, la recortamos. Pero así abrimos el salón hacia el resto del espacio.
Foto: Stadshem
Engañar al ojo
En realidad, es lo que hacemos todo el rato. Jugamos con los volúmenes y las formas para crear sensaciones. Aquí el arco de ha pintado de otro color y así flota. Y fíjate si se han roto las reglas que incluso los muebles se disponen dentro y fuera de lo que sería la distribución ordenada. ¡Si es que las soluciones son infinitas!
Foto: Marie Claire Maison