Es lo último en arte floral. Una técnica japonesa con más de cinco siglos de antigüedad que consiste en cultivar plantas sin maceta, en una bola recubierta de musgo vivo. Te contamos lo que es un kokedama y cómo puedes hacerlos tú mismo para poner en tu casa una nota verde y natural.
Esta técnica de arte floral originaria de Japón es mucho más que una forma de cultivar una planta. Además de añadir a la decoración de cualquier espacio un toque original y
diferente, se atribuyen a los kokedamas grandes beneficios para la salud. Se dice que reducen el estrés, que purifican el ambiente, que lo humedecen consiguiendo así una atmósfera perfecta para nuestra piel…
Tanto si eres un gran amante de las plantas, como si no tienes mano para ellas aunque te gustan, cultivar un kokedama es una gran idea, en especil desde el punto de vista decorativo.
El original contenedor de un kokedama
Además de turba y arena de río, las bolas de los kokedamas contienen un elemento muy especial. Se trata de akadama, una arcilla japonesa totalmente natural que hace que la bola sea capaz de retener la humedad y los nutrientes.
¿Con qué tipo de plantas puedo hacer un kokedama?
Una especie que me parece que queda espectacular cultivada en forma de kokedama es la orquídea. A la belleza misteriosa de esta planta y su flor, hay que añadir el toque original de la bola de musgo, siendo el resultado verdaderamente especial.
Si se siguen con fidelidad estas directrices básicas, cualquiera es capaz de cultivar plantas por muy mala mano que haya tenido hasta el momento. De hecho, los expertos en jardinería están de acuerdo en resaltar la facilidad con la que se cuidan los kokedamas.
Riego por inmersión
El procedimiento es el siguiente: hay que sumergir la bola en un recipiente con agua, de forma que quede cubierta unos dos dedos. Se ha de mantener dentro hasta que dejen de aparecer burbujas, lo que indicará que está completamente empapada.
Después se deja escurrir y se vuelve a colocar en su sitio.
La frecuencia del riego por inmersión depende de las características de la planta y del espacio en el que se encuentre el kokedama, pero hay que ir vigilando el peso de la bola y proceder a regar cuando nos demos cuenta de que la bola pesa poco. Además, es buena idea pulverizar el musgo entre riego y riego para que no se seque.
¿Cómo se hace?
El proceso parte de la propia planta. Se elimina de la raíz parte de la tierra y se hace el sustrato mezclando la turba, la arena de río y el ingrediente principal, la akadama. Se hace la bola con esta mezcla poniendo las raíces de la planta en el interior. Después se recubre con musgo vivo y se sujeta con hilo o cordel fino.
Como has podido comprobar, la técnica del kokedama es realmente sencilla, tanto de hacer como de cultivar después, y resulta muy decorativa. Una forma genial de refrescar cualquier rincón, ahora que estamos en primavera.
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.