Ya conocéis mi predilección por las casas de campo. Será porque a Sam le gusta mucho cualquier prado verde infinitito o será porque tiene que ser así por algo que aún no he descubierto. El caso es que constantemente me imagino casas que se aparecen en esas praderas. No son casas, son otros mundos. Mucho sabor a campo con una elegancia delicada y distinguida, justa en su medida, para no representar una atmósfera artificial. Me parece impecable la selección de telas, que también pueden vestir una casa cuando llega el buen tiempo, lejos de desnudarla. Hoy, todas ellas, son pequeñas dosis de la respiración más produnda, esa que sólo se puede hacer cuando el aire es puro. Cuando te sientes más vivo que nunca. No perdáis detalle de nada...Más imágenes en nuestra Buhardilla. ¡Feliz miércoles!
Nicety Live Journal