Os confesaré algo, me piden muy a menudo que enseñe mi casa en instagram, igual da mala imagen si una bloguera de decoración no lo hace (como si tuviera algo que esconder), nada más lejos de la realidad. Simplemente si seguís mi feed quizás es algo diferente al de aquellos que tienen miles y miles de seguidores. Lo que vengo a decir es que yo entiendo la decoración de otra manera y aunque creo que mi casa está puesta con buen gusto, bueno no lo creo lo afirmo ;-), es una casa para vivir, no es de revista y menos aún a los niveles de “sofisticación” o “elegancia” que me van a mí. Tengo mobiliario bueno de firmas prestigiosas, otras cosas de las que ya me he cansado por el paso de los años, las habitaciones de mis hijas que muchos quisieran para sí, se han convertido con su adolescencia en un muestrario de sus ídolos musicales (juré que nunca les dejaría, que nunca estropearían mis paredes, pero claudiqué, es lo que les toca a su edad). Así que si no enseño mi casa, o sólo muestro rinconcitos, es porque pienso que sencillamente no es lo que esperáis ver, mi casa es Becara, Blac d’Ivoire, mueble inglés, mueble original danés, mobiliario a medida, alguna antigüedad, arte,… cosas así. Conste que a día de hoy he conocido tantas firmas que cambiaría muchas cosas, pero el bolsillo no me acompaña y aunque las cambiase, mi esencia seguiría siendo la misma.
Y para esencia la que encontramos en esta casa de Los Ángeles cuya propietaria es diseñadora textil. Cuando he visto las imágenes he dicho “aquí me quedo“, y cuando he leído el artículo me ha sorprendido aún más. ¿Y si os digo que muchos de estos muebles los ha encontrado en la basura? Imagino que en el barrio donde está la gente desecha cosas que a nosotros ni se nos pasaría por la cabeza, pero aún así, supongo que ella también tiene la capacidad para comprárselas nuevas y sin embargo le gusta reciclar, gran punto a su favor.
Es una enamorada de lo vintage, de los libros, la música en vinilo y del arte, la mezcla de todo ello le da a su casa un aire cálido que ni el blanco que todo lo inunda de Benjamin Moore consigue enfriar la atmósfera. Como veréis también se decanta por las fibras naturales, tanto en mobiliario como en textiles, es otra manera de aportar calidez a una casa de por sí muy grande (6 dormitorios, ni más ni menos).
Respecto a las alfombras también es una pieza que le cuesta encontrar sin dejarse un dineral, estoy completamente de acuerdo que si quieres una que sea un poco especial y de dimensiones amplias, suelen ser muy caras, así que ella vuelve a recurrir a las de segunda mano, tiene varias de EBay por ejemplo. Y supongo que habréis reconocido alguna que otra pieza de Ikea también.
Para mí esto es personalidad, una mezcla bienavenida de muebles de aquí y allá (incluso de la basura) cuyo conjunto refleja perfectamente quién es su propietaria, por qué hace lo que hace y por qué su casa la siente así. Pero si queréis saber más tendréis que leer el artículo completo aquí. Podréis saber además, de dónde es cada pieza de su casa.
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