Opino que es un poco mas de lo mismo y quizá un poco mas explicativo a la hora de poner dibujos de como plegar o colocar las cosas. Y, aunque el libro va de orden, a mi no me ha parecido que estuviera bien estructurado y he querido haceros un resumen en varios posts para organizarlo por “bloques”:
La ropa
Complementos y objetos varios
El baño
La cocina
Esta edición indica las seis reglas básicas del orden:
Comprometerse con el orden
Imaginar el estilo de vida ideal
Aprender a desprenderse de las cosas
Ordenar por categorías, no por ubicación
Seguir el orden temporal correcto (ropa, libros, papeles, komono o varios, y objetos de valor sentimental)
Preguntarnos si las cosas nos producen felicidad
Nuestra relación con otras personas, se refleja en nuestra relación con las cosas, y viceversa.
Solo hay tres pasos en la ocupación diaria de mantener el orden:
Devolver las cosas a su sitio (el desorden crece cuando no devolvemos los objetos al sitio que tienen asignado),
Darles las gracias cada vez que se usen y cuidar bien de ellas.
Por último, la limpieza. Lo esencial es limpiar a fondo, empezando por el propio espacio personal. Y después los espacios comunes como el vestíbulo y el cuarto de baño.
La limpieza del templo es parte de la formación budista, pero no así poner orden en él. Con la limpieza podemos dejar nuestra mente vacía mientras nuestras manos están en movimiento, pero ordenar nos obliga a pensar en las cosas que debemos desechar, en las que debemos conservar y en que lugares guardarlas. Se podría decir que ordenar ordena la mente, mientras que limpiar la limpia. No importa cuanto nos esforcemos, nuestra casa nunca estará verdaderamente limpia si antes no terminamos de ordenarla.
Nuestras cosas forman parte de nosotros y, cuando se han ido, dejan tras de si recuerdos eternos. Hay tres facetas del espíritu que mora en las cosas materiales:
el espíritu de los materiales de los que están hechas las cosas
el espíritu de la persona que las ha hecho
el espíritu de la persona que las usa
Quien se sienta continuamente ansioso y no sepa bien porqué, que pruebe a ordenar sus cosas. Que las sostenga entre las manos y se pregunte si le hacen feliz (la verdadera tragedia es vivir sin nada que nos proporcione felicidad y que no nos demos cuenta de ello). Luego que acaricie aquellas que desea conservar con la misma delicadeza con la que toca su propio cuerpo, y todos los días de su vida se llenaran de felicidad.
Pero esto no significa que debamos deshacernos de multitud de cosas. Ni mucho menos. Si aprendemos a elegir los objetos que nos complacen, podremos alcanzar nuestro estilo de vida ideal.
Si repetimos este proceso de selección, nuestra sensibilidad hacia las cosas acabará siendo una fuente de felicidad. Esto no solo acelera los pasos hacia la adquisición de un sentido del orden, sino que también afina nuestra capacidad para tomar decisiones en todas las áreas de la vida. Cuidar bien nuestras cosas nos hace cuidar bien de nosotros mismos.
Si queremos encontrar una hermosa casa que sea perfecta para nosotros, cuidemos la que aun habitamos.
Si una cosa desechada me hace mucha falta, compro otra, pero cuando esto ocurre, ya no puedo comprar cualquier otra. Examino con cuidado el diseño, la sensación, la comodidad y cualquier otro factor importante para mi hasta dar con la que realmente me gusta. Y esto significa que la que elijo es la mejor, y por lo tanto, algo que conservaré toda mi vida.
Podría ser útil… creedme nunca lo será. Siempre se podrá prescindir de ello.
Cuando nos apena desprendernos de algo, hay tres posibles razones:
el objeto nos produjo una vez felicidad, pero ya prestó su servicio
nos produce felicidad, pero no nos damos cuenta
necesitamos conservarlo independientemente de que os produzca felicidad o no.
No nos deshagamos de las cosas que nos causan felicidad simplemente porque no las utilicemos. Seamos creativos y busquemos maneras de utilizar esas cosas aparentemente inútiles.
Hacer fotos del antes y después, es muy satisfactorio y te ayuda a darte cuenta de lo que has conseguido. Además:
Quien sabe ordenar, gana en seguridad.
Empieza a creer en el futuro.
Las cosas empiezan a ir mas suavemente.
La gente que conoce también cambia.
Las cosas inesperadas suceden de una manera positiva.
El cambio comienza a acelerarse.
Y se empieza a disfrutar realmente de la vida.
El propósito de poner orden en las cosas es que estas nos produzcan felicidad, todos los días de nuestra vida.
Estad atentos a los próximos posts, donde os contaré lo que dice el libro de como ordenar:
La ropa
Complementos y objetos varios
El baño
La cocina
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¡Sed felices!