Las piscinas son una de las opciones más populares para refrescarse y disfrutar del buen tiempo durante los meses de verano. Sin embargo, mantener una piscina limpia y segura requiere un trabajo constante y un mantenimiento adecuado. En particular, el agua de la piscina debe estar en condiciones óptimas para su uso, lo que implica que debe estar transparente y apta para el baño.
La transparencia del agua no solo es importante por una cuestión estética, sino también por razones de salud. Si el agua no está limpia y clara, puede contener bacterias, algas y otros microorganismos que pueden causar infecciones y enfermedades.
El mantenimiento adecuado de la piscina incluye varias tareas, como la limpieza regular del filtro y la eliminación de hojas y otros desechos del agua. También es importante mantener los niveles adecuados de cloro y pH, ya que esto ayuda a mantener el agua limpia y a prevenir el crecimiento de algas y bacterias. Los propietarios de piscinas también deben estar atentos a cualquier cambio en el aspecto o el olor del agua, ya que esto puede ser un signo de problemas más graves que requieren atención inmediata.
Significado de los parámetros del agua de la piscina
El control químico del agua exige analizar una serie de parámetros para comprobar que esté todo en orden. De todos ellos, el nivel de pH y el cloro son los más importantes ya que de ellos dependen que se puedan generar microalgas y algas que contaminen el agua. Por el lado contrario, un exceso puede ocasionar problemas de salud a las personas que se bañan en la piscina.Actualmente, puedes encontrar un catálogo completo de productos químicos para la piscina que mantendrán en niveles óptimos todos estos niveles, asegurando una calidad del baño perfecta para toda la familia.
pH: el gradiente de acidez y alcalinidad determina la calidad del baño y el control de formación de algas. Por ello, se pueden utilizar correctores de acidez (aumentan el pH y alcalinizan) o reductores de pH (acidifican el agua).
Cloro libre o total: es el principal desinfectante usado en piscinas, ya que tiene un gran poder oxidante frente a microorganismos y organismos acuáticos (principalmente algas).
Ácido Isocianúrico: el cloro es un elemento muy sensible que tiene gran facilidad para evaporarse y degradarse con los rayos solares. Por eso, este componente actúa como un estabilizador del cloro para evitar su degradación y tener que aportarlo de manera continua.
Potencial Redox:
Alcalinidad: la presencia de carbonatos, bicarbonatos e hidróxidos aumenta el pH del agua, por lo que se suele recurrir a productos ácidos, como el clorhídrico, para mantener el pH en un rango óptimo para el baño.
Dureza del agua: cantidad de sales de calcio y magnesio disueltas en el agua. Cuanta más dureza de agua, más turbidez.
Turbidez: es el grado de transparencia del agua de la piscina y está determinado por la presencia de sólidos en el agua, como calcio, carbonatos, hidróxidos, etc.
Temperatura: un parámetro que en la mayoría de ocasiones, salvo piscinas climatizadas, no podremos controlar, pero es un factor importante ya que cuanta más temperatura, más riesgo de formación de algas.
Nivel de sal: existen algunas piscinas que en lugar de usar únicamente cloro, lo hacen con sal (cloruro sódico), por lo que es importante determinar los valores medios de este parámetro para un control adecuado de los organismos de la piscina.
Valores medios a mantener
Éstos son los valores medios recomendados para cualquier tipo de piscina, independientemente de su tamaño. Generalmente, a nivel de usuario no se controlan todos, ya que manteniendo en niveles adecuados algunos de ellos, como pH, cloro o bromo, se consiguen estabilizar el resto de valores. Sin embargo, todo dependerá de la calidad del agua con la que es llenada.La gestión de la suciedad en la piscina
Si tenemos la piscina en un entorno rodeado de plantas o caminos rurales, es muy frecuente que a diario caigan insectos, hojas de todo tipo, polvo y cualquier materia orgánica. Según su densidad podrán flotar y serán fáciles de eliminar con un limpiahojas, pero otros compuestos, los más pesados, se depositarán en el fondo, mucho más complicado de eliminar.La suciedad en el fondo de la piscina condiciona la turbidez del agua y puede resultar muy incómodo caminar y poner los pies sobre ella. Por ello, existe el famoso limpiafondos eléctrico, o como también se conocen, robots limpiafondos. Este tipo de aparatos succionan y desincrustan con sus cepillos giratorios la suciedad del fondo de la piscina. Esta labor de limpieza se suele recomendar hacer cada 15 días, aunque dependerá de las condiciones del entorno de la piscina.
Aunque también puedes encontrar cepillos limpiafondos manuales más económicos, requerirán más esfuerzo y tiempo de empleo por lo que los primeros suelen amortizarse en poco tiempo si quieres disfrutar del baño sin perder tiempo adicional.
En resumen, mantener el agua de la piscina transparente y apta para el baño es esencial para garantizar la seguridad y la salud de los usuarios. Si bien el mantenimiento de la piscina puede requerir un esfuerzo constante, los beneficios de tener una piscina limpia y segura son invaluables para aquellos que disfrutan de la natación y otros deportes acuáticos durante los meses de verano.