Me gustaría explicar un poco la diferencia que existe entre la obsesión por el orden y la necesidad de incorporar el orden a nuestra vida como una herramienta más que nos permita disfrutar del tiempo, sin necesidad de que estemos todo el día ordenando.
Para mi existen tres tipos de personas según su tolerancia al desorden, en una escala del 0 al 5 las personas que consideran que no pueden vivir si su armario no está ordenado por colores tendrían un nivel de tolerancia 0 al desorden. Esto a mi entender es excesivo y entraría dentro de alguna patología, pero como no soy medico ni psicólogo no lo daré por sentado.
En un segundo lugar estamos las personas que consideramos el orden como algo que necesitamos para nuestro bienestar, seamos o no ordenadas, nuestra tolerancia al desorden estaría entre el 2 y el 3 en esa escala. Yo estoy entre este grupo que en realidad es la mayoría de la gente.
Por ultimo están las personas que son capaces de convivir con el desorden sin que este les afecte, su nivel de tolerancia al mismo es de 4 ó 5, no les molestas, incluso les aporta altos niveles de creatividad.
Por eso mi forma de trabajar no está orientada a establecer un orden máximo imposible de mantener, ni en intentar conseguir que las personas que no son ordenadas se vuelvan ordenadas. Trabajo principalmente la tolerancia al desorden, y por supuesto es necesario desechar cosas, y encontrar el sitio de las que se quedan, y mantener el orden, pero todo eso no podría hacerse si al mismo tiempo no entendemos que en el centro está la virtud y que el orden tiene que ser un instrumento a nuestro servicio y no a la inversa.
¿En que grupo estás???
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