Pero empecemos desde el principio.. Erase una vez una alacena abandonada en una casa, como muchas otras que hayáis visto y que todo el mundo pensaría… pero ¿dónde voy a meter yo esto en mi casa? Eso es que todavía no nos conoces!
La parte superior de este mueble iba a convertirse en otra cosa muy distinta a su función original. Necesitábamos una librería y como buenos recuperadores no íbamos a desaprovechar esta oportunidad.
Como siempre, lo primero que hicimos fue quitar bocallaves, herrajes, soportes de baldas anteriores, copete y tomar nota de todos los faltantes que hubiera, en este caso la cerradura derecha estaba vacía y la izquierda estaba pero sin llave. También vimos que había sufrido en algún momento ataque de carcoma porque había restos de serrín en la parte superior, que tratamos inmediatamente.
Encolamos y clavamos los junquillos que sujetaban los espejos y empezamos con las catas de limpieza, esta vez de nuevo funcionó la mezcla casera que venimos empleando siempre sin necesidad de lijar y ayudados por un cepillo metálico suave para llegar bien a todas las molduras. Neutralizamos y damos una imprimación al agua. Vamos a por el color!!
Arantxa quería un color muy concreto, había reformado toda la casa y los tiradores de los armarios de la habitación que iba a hacer de biblioteca tenían un tono gris muy especial. Decidimos hacer una mezcla entre nuestros tonos Caspio y Gobi y resultó ser exactamente el tono que buscábamos.
Cada vez nos gusta más la combinación de papeles de empapelar paredes con muebles pintados. Hay tantas preciosidades que se hace muy difícil elegir. Los hay incluso con textura, como este tan bonito y que combina a la perfección con la pintura que hemos elaborado, el jarrón no hemos podido resistir la tentación de ponerlo..
Ideamos un sistema para que fuera una estantería resistente y soportara el peso de libros grandes, pero a la vez discreto para que no se viera demasiado, para ello pusimos una mediana un poco recortada en el frente, que atornillamos a la trasera y la base. También pusimos dos listones a ambos lados a modo de tope y cajeamos laterales del mueble para que apoyara la balda en las cuatro esquinas.
Para el acabado exterior hicimos un decapé, parcialmente desgastado con cera de naranja artesana hecha en el taller y para el interior algo más resistente que soportara el roce de los libros, un barniz resistente mate al agua.
Como siempre, sin la ayuda principalmente de Vanessa Sanz, pero también de Zeno Rubido, Isabel Pascualena y Julia Vicente, no habría sido tan divertido realizar este trabajo. Siempre digo lo afortunada que soy teniendo un equipo tan bueno en el taller. Os dejo más fotos de la librería, como veis ya no tiene cristal frontal.. pero eso ya es otra historia :D.
Cuando nos preguntáis.. ¿pero por qué limpiamos el acabado anterior si vamos a pintar? La verdad es que una pieza bien acabada, como la piel bien tratada, se nota. ¿Acaso uno se maquilla sin limpiar los restos de maquillaje del día anterior? Pues exactamente lo mismo. Un mueble bien pintado dura muchísimo más, no trepa el color de base y al desgastar “rompemos” como nos gusta y donde nosotros decidimos, con sentido común y buen gusto, no donde salta la pintura sin control por restos de barniz, ceras o suciedad. Todo eso y mucho más os enseñamos en los talleres online.
La entrada Librería recuperada aparece primero en Restaura y Recupera.