En alguna otra ocasión te he hablado de una de mis “casas de verano”. Paso muy poco tiempo en ella y, dado que es una casa de más de 100 años, soy consciente de que sus necesidades pasan por dedicarle mucho más tiempo y presupuesto.
Pero hace tiempo me propuse un reto con esta casa a la que guardo mucho cariño. Pensé: ¿Qué puedo hacer para mejorarla de forma rápida, a mi alcance a nivel conocimientos y con un presupuesto cercano a cero?
Hace algún tiempo te enseñaba el antes y después de mi dormitorio allí con un presupuesto de 17€. Y hoy me atrevo a que veas el cambio de la entrada de la casa con un presupuesto similar.
Antes y después lowcost
Lo he pensado mucho antes de enseñarte estas fotografías, de baja calidad y hechas con el móvil no pensando en ningún momento en hacerlas públicas. Soy consciente de que el cambio es muy mejorable, ¡será por ideas!, y de hecho en su día quedaron cosas pendientes.
Pero como te digo más arriba, con esto no pretendo más que demostrar que grandes cambios son posibles. Que no siempre es cuestión de presupuesto una mejora en cualquier espacio de la casa. Ni tan siquiera de tiempo. Esto que vas a ver está hecho entre mi marido y yo en un fin de semana.
El antes es el portal de entrada a la casa. Lo que sería el recibidor. Su estado era desastroso, con escaleras hundidas y paredes desconchadas a la espera de una reforma realizada por profesionales que por un motivo u otro nunca llegaba.
Hasta que mi costillo y yo nos dijimos basta y nos liamos la manta a la cabeza con tablones, pintura y poco más. Este es el antes y el después tras un fin de semana:
Cambiamos todos los pisos y casi todas las alzas de las escaleras utilizando tablones que nosotros teníamos en casa. Los recubrimos de unas láminas de vinilo imitando a parquet que nos habían sobrado de unos suelos y lijamos y pintamos paredes y techos.
Como te digo, el presupuesto no sobra. Y además está El Reto. Así que con un tablón de obra, un palo de escoba lijado, unos ganchos y unos corchos hicimos un perchero que en esa casa más que decorativo es indispensable. En lugar de subir y bajar pisos, solemos dejar compras y demás ahí agrupaditas para evitarnos idas y venidas.
Un garrafón de vino que tiene sus años (recuerda que te hablo de una casa en La Rioja) y uno de los bancos que tengo pendientes de lijar constituyen el resto de la decoración, si podemos llamarla así.
Todo ello está pendiente de una alfombra (tengo fichada una de fibras), algún cartel en la pared y un foco de estilo industrial que también tengo en casa. Poco a poco. Pero el resultado, incluso de momento, merece la pena ¿no te parece?
¡Feliz día!
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