Con el tiempo he descubierto que el orden es la herramienta que me hace posible disfrutar de una vida más simple. Que me permite darle valor a lo importante y que todo tenga su tiempo. ¡Ahí es nada!. Para llegar hasta este punto tienes que conocer una cosa: El orden tiene que trabajar a tu favor, debes aliarte con él.
No hay que pasar de estar agobiada/o por una casa desordenada a estar tiranizada/o por el orden. No hay que angustiarse ni por una cosa ni por la otra, sino entender que hay que pasar un proceso hasta conseguir que el orden llegue a nuestra casa para quedarse. Pero aquí estoy para acompañarte.
Adquirir hábitos y rutinas harán nuestra vida diaria más fácil, de esto puedo hablarte en primera persona. No es que tenga la varita mágica que hará desaparecer el desorden de tu casa, pero te digo : Qué por más difícil que veas la cosa (casi) todo tiene solución.
La base de mi método no es otra que entender el orden como el medio que mejora nuestra vida diaria.
#conocer tus límites y tus capacidades
No soy la más ordenada del mundo, pero tengo una tendencia natural para la organización. Por eso me dedico a esto del orden y porque he experimentado muchas situaciones de las que le suceden a mis cliente/as pudiendo ponerme en su lugar.
Como la mayoría de las personas cuando llega la noche estoy cansada y con pocas ganas de hacer nada. Como tantos tengo días que aprovecho mejor que otros y otros que me cunde poco. En mi casa vivimos 4 personas y dos de ellas son niños, así que imagínate si hay posibilidad de que el desorden se aloje en ella. En resumen, soy una persona que procura organizarse lo mejor que sabe.
Lo que te quiero decir con todo esto es que la fórmula magistral para que las cosas se mantengan en orden y en su sitio. No es otra que adquirir costumbres, hábitos y rutinas para conseguir que todo esté bajo control y que sea fácil mantenerlo.
#ser conscientes del proceso
Andar ordenando lo mismo una y otra vez es de lo más agotador. Parece que estás metida en un bucle espacio/tiempo del que no sales y del que no sacas nada en claro. Piensa en esto:
Reorganiza cada espacio de tu casa de forma consciente y sabiendo lo que haces. Después solo tendrás que mantener el trabajo hecho.
Para llegar a ese punto hay que trabajar antes, porque el desorden no se arregla solo. Aunque puedes pedir ayuda a profesionales como yo, hay un paso que no puedo dar por ti y es hacerte/haceros conscientes de el orden mejora tu vida. Solo tú puedes darte cuenta de que los espacios de nuestro hogar no están para estar masificados de cosas, sino para habitarlos, para disfrutarlos.
Deja que el orden se instale en tu hogar.
#no dejes entrar en casa lo que no necesitas
He tardado en darme cuenta de esto:. El desorden está directamente relacionado con la cantidad de cosas que tenemos. Guardar en nuestra casa cosas de un montón de años y pretender que estén bien organizadas, es una tarea estéril.
Hace tiempo que tomé un hábito en mi vida, un hábito que pensé que me costaría más asumir pero que ha sido más fácil de lo que pensaba. No es otro que cuestionar lo que voy a comprar. No es haya sido una manirrota en otros tiempos, pero me dejaba llevar por ofertas y chollos. Vamos que acababa comprando cosas que no necesitaba.
Desde que organicé mi casa de forma consciente solo compro lo que creo necesitar y hasta eso lo cuestiono. Porque muchas veces creemos necesitar cosas que en realidad no necesitamos. Hace un par de años que no compro nada sino es por necesidad y ya os digo que se puede.
Me hago muchas preguntas antes de comprar algo. ¿De verdad, me hace falta?, ¿Podría sobrevivir sin esto?. Me encanta, pero ¿Dónde lo voy a poner?. ¿Lo voy a usar?., ¿Encaja con lo que tengo en casa?, ¿Tiene utilidad para mí?. La mayoría de las veces la respuesta es no, así que no las compro. Acabarás comprando en función de lo que necesitas y no comprando para después decidir dónde lo colocas.
Cuantas más cosas tenemos más difícil es mantenerlas en orden.
#que cada cosa tenga su lugar no es una quimera
Cuando tenemos tan solo las cosas que necesitamos, asignar a cada objeto su lugar se vuelve mucho más sencillo. Cuando esto no ocurre las cosas acaban colocadas de aquella manera, amontonadas sin ton ni son y puestas en el primer sitio que se nos ocurre.
Para llegar a este punto tenemos que tener claro esto: Lo que usamos y necesitamos cada día debe tener su sitio, pero no un sitio cualquiera. Sino uno al que sea fácil de acceder para cogerlo y poder dejarlo una vez utilizado. En definitiva, hacer un uso eficiente del espacio en el que las cosas de uso habitual estén a la mano.
#dejar las cosas en su sitio es posible
Una vez usado, debemos dejar el objeto de nuevo en su lugar. Esto es algo que nos cuesta por dos razones principales: Lo dejamos para más tarde con el pretexto de que luego lo haremos o no lo hacemos porque la mayoría de nuestras cosas no tienen un lugar fijo donde guardarse.
Tomar el hábito de dejar en su sitio lo que hemos usado es posible si queremos, solo es cuestión de disciplina o de rutina. No dejarlo en su sitio nos acaba acarreando más trabajo del que nos supone guardarlo en su momento.
Si devuelves a su sitio las cosas cuando terminas de usarlas o, como mucho, antes de irte a la cama, es casi imposible desordenar. Como a todos a mí también me entra la pereza y me dan ganas de dejar las cosas en cualquier sitio. Pero al final se nos acumula el trabajo y lo que supondría 1 minuto de esfuerzo acaba siendo media hora de recoger.
#ordenar de acuerdo al tiempo que tenemos
Es esencial, adaptar el trabajo al tiempo real que tenemos para hacerlo. Es mejor concentrarse en algo que podamos comenzar y acabar, que abordar un trabajo mayor que se nos quede a medias. Querer organizar más cosas de las que podemos abarcar solo acabará por frustrarnos y dejarnos sin energía.
Organiza poco a poco, aborda lo abordable, es la fórmula para conseguir tener todo perfectamente organizado para centrarte en las rutinas diarias. Divide el trabajo en proporción al tiempo que tienes para realizarlo. Cuando tenemos poco tiempo es más fácil asumir pequeñas tareas, que una mayor que se nos quede a medias.
Cada uno tiene que elegir su método de organización adaptándolo a su estilo de vida, a sus horarios y a sus rutinas.
Ahhh!!!, también tengo una clave secreta, no es broma, no es ningún secreto. Es deshacerse de lo que no me hace falta y no guardar lo que no me sirve ni necesito.
Feliz semana . Cristina
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