Esto le pasó a la dueña de esta cómoda, amante de las piezas clásicas y que supo visualizar un cambio en ellas antes de mandar vaciar el piso.
Al primer vistazo resulta bastante oscura, el zócalo de mármol lo hace aún más pesado, y el barniz era de tan mala calidad, que decidimos retirarlo completamente en vez de cubrir con imprimación.
La pistola de calor funciona de maravilla cuando la capa de barniz o pintura es gruesa, solo hay que tener un poco de paciencia e ir despacio y sin parar para no quemar la madera, que a menudo es chapa y se abombaría con un calor continuado.
Después de eliminar el barniz, daremos una imprimación, no porque la necesite porque la madera está en crudo, sino porque algunas veces los tintes, sobre todo el caoba, trepa por encima del color cuando seca. Después aplicamos el color elegido, de esto se encargó mi amiga Elena, restauradora en Bilbao que vino a hacerme una visita al taller.. yo les pongo rápido el mandil a todos como veis!!
Este tono, hecho a medida es una combinación entre Gobi y grey que nos gustó mucho!
Retiramos el zócalo de mármol y planteamos cómo poner patas, porque no tenemos base, así que aprovechamos cuatro tacos de palet que luego enrasaremos a nivel.
Ya tenemos base para colocar estas patas que hemos encontrado en el rastro y que son perfectas para este mueble.
De atrás hacia adelante vemos los cuatro pasos que hemos seguido. El primero la pata tal cual sin limpieza. La segunda hemos eliminado restos de barnices/ceras y suciedad con una fórmula limpiadora. La tercera con imprimación al agua y por último la cuarta con el color final (en este caso hemos mezclado grey y gobi en distintas proporciones. Finalmente desgastamos para conseguir un efecto decapé suave con lana de acero y cera incolora.
La pata no debe sobresalir de la moldura más saliente del mueble, un buen método para calcular es hacer una diagonal a 45º desde la esquina y comprobar con escuadras que queda dentro y centrada. Usamos una pala de 30 mm.
Mi amiga Edi vio que la espiga de una de las patas estaba débil, así que construyó una nueva manualmente, otra víctima que me traje al taller jejeje.
Nos han quedado bastante bien encajadas, pero si no hubiera sido así, lo que hacemos es mezclar un poco de serrín y cola para rellenar la holgura que quede y dejar secar el mueble sobre sus cuatro patas para que se equilibre y sequen las patas con el peso del mueble.
El tono de la tapa condicionaba mucho, de modo que también decidimos pintarlo, tras algunas pruebas elegimos un todo intermedio entre caspio y gobi que quedó perfecto!
Lo que no os hemos dicho es que esta cómoda irá a un baño, con un lavabo de piedra encastrado, así que hay que proteger doblemente con un barniz especial para las salpicaduras de agua.
Espero que os haya gustado, nos da mucha pena que se vaya.. pero otros vendrán, y mis víctimas volverán a ponerse el mandil jajajaja. Faltan algunas víctimas que no he mencionado, como Julia Vicente, que también colaboró en este proyecto. Gracias a todos por las ideas, las risas y el calor que traéis a este taller.