Llama la atención no sólo por su majestuosidad arquitectónica y la belleza de su enclave, sino por la renovación de sus espacios interiores, cuyo trabajo lleva la firma de cuatro grandes nombres de la decoración española: Luis Galliussi, Pepe Leal, Erico Navazo y Ricardo de la Torre.
Con un presupuesto muy ajustado, los decoradores han utilizado gran parte de los muebles antiguos que existían en el Monasterio y los han mezclando con objetos de la artesanía local,típica de Asturias.
La biblioteca impresiona por sus enormes estanterías en madera maciza y por el conjunto de luminarias que cuelgan sobre las mesas centrales. Probablemente os estaréis preguntando, ¿Dónde están los libros? Pues han preferido dejarlas sin libros, a fin de que los propios visitantes vayan rellenándolas poco a poco con donaciones y libros de su interés.
Original la instalación de los marcos del artista portugués Rui Macedo.
En cualquier rincón puedes encontrar guiños de la artesanía local, como los hiloramas bordados que cuelgan en las paredes del restaurante.
El salón Muniellos es de uso exclusivo de los clientes del hotel.
¡Qué acogedor el detalle de las Madroñas puestas a lado de la puerta de cada habitación! Nos dan la Bienvenida y nos recuerdan que estamos en Asturias.
Los espacios comunes del Monasterio, como salón, biblioteca, recepción, sala de desayunos y restaurante fueron diseñados en conjunto por los cuatro decoradores. En cambio, el diseño de las habitaciones lleva la firma por separado de cada decorador. Abajo suite diseñada por Pepe Leal.
La suite Galiusse tiene un aire muy natural y desenfadado. Textiles de colores, luminarias con bases en cerámica y muebles antiguos del monasterio decoran el espacio.
En la habitación de Erico Navazores, destaco los espejos con anchos marcos de madera, pues ayudan a resaltar aún más la arquitectura del espacio. Espectacular también las sillas en fibras naturales que Navazores utilizó para componer el rincón de estar de la habitación.
La creatividad de Navazores en el diseño de la cabecera de la cama, es un homenaje a los bosques de la montaña que rodean el hotel.
En la cafetería, la decoración se hace básicamente con botellas de vidrio de colores verde y marron. En las paredes, la pintura en un suave degradado de color negro quiere recordar a las galerías de las antiguas minas de Asturias.
El spa fue diseñado por el interiorista Ricardo de la Torre.
La rehabilitación del Parador de Corias y su peculiar decoración, ha logrado crear espacios con un aire más fresco, que acentúa la arquitectura del edificio pero huye de la típica decoración de muchos Monasterios, oscuros y cargados de muebles.
Para los que aún siguen de vacaciones o para aquellos que no viven muy lejos, el Parador de Corias puede ser una buena opción para una escapada de fin de semana. ¡Yo me apunto para mi próximo viaje …!
Referencia fotográfica: revista AD, Belén Imaz