Aunque seguramente no encontraremos una definición exacta de lo que es una cocina de diseño, se puede diferenciar por sus originales materiales, formas, detalles o componentes innovadores y todos de gran calidad y funcionalidad.
Como en este caso, donde la piedra y la madera en estado puro, son ingredientes únicos que se distinguen por su contorno irregular y su apariencia tosca y poco acabada, que contrasta con la impecable terminación de los demás muebles y elementos.
Pero su imperfección está absolutamente prevista y al contrario de lo que se pueda pensar, no lleva poco trabajo su elaboración.
La gran encimera de piedra caliza de 15 cms. de espesor, está apoyada sobre unos largos tablones de madera de roble que se extienden hasta convertirse en mesa. Estos a su vez, descansan sobre tres muebles de acero inoxidable negro por su parte exterior y otros tres lacados en blanco por la parte interior, formando la isla y donde la mesa de comedor, está sostenida por una base de vidrio transparente, transformada en una pequeña jardinera.
Enfrente encontramos la zona de almacenaje, hornos y frigoríficos, con muebles de columna hasta el techo y sin remates. A derecha e izquierda están situadas una zona decorativa y auxiliar respectivamente, también en madera de roble y que completan un ambiente inigualable.
Por otro lado, el equipamiento de la isla está formado por un conjunto de placa de inducción, Teppan grill y extractor de superficie de Bora, una magnífica solución por sus excelentes prestaciones y para no obstaculizar las bonitas vistas que ofrece el lugar.
La piedra también proporciona algunos detalles singulares como los botones de la zona de cocción embutidos en el canto, los enchufes en un lateral, los tres agujeros para botellas en la superficie o el fregadero integrado.
Es un estupendo proyecto y diseño de la firma alemana Werkhaus.
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