Este tipo de puertas se caracterizan por tener grandes cuarterones de hierro negro y cristal de techo a suelo. Además, se pueden poner fijas a la pared como en la foto siguiente, o correderas.
Personalmente, aunque la opción de paso me parece muy chula, la que más me convence es la versión corredera con la que podemos separar ambientes o unirlos en función de las necesidades sin que la separación sea muy drástica gracias al cristal.
Lo más habitual es encontrarnos estas puertas en cocinas o separando el salón del comedor, pero hemos encontrado alguna opción más arriesgada que nos ha llamado la atención, como ésta en el cuarto de baño.
Este tipo de puertas encajan muy bien en multitud de estilos, pero en el caso del estilo industrial y el nórdico combinan a la perfección.
No obstante, en decoraciones más clásicas como en ésta han apostado por este tipo de puertas en acabado de efecto óxido y el resultado es igualmente precioso, ¿no crees?
En esta otra opción, el rincón de despacho queda más insonorizado de la tertulia de la sobremesa gracias a esta solución que una vez más, nos encanta.
Otra de las características de este tipo de puertas es que las encontramos de diferente tamaño, con los rectángulos más horizontales o más verticales…de manera que podemos hacer que predomine el cristal o el hierro en función de nuestras necesidades y de nuestra decoración.
Otra característica fabulosa de estas puertas es que combinan con muchos tipos y colores de suelo. Si te fijas, en todas estas opciones las tarimas son diferentes y aún así el resultado es bueno.
Incluso, si la pones en la cocina puedes atreverte con un suelo hidráulico que también encajan a la perfección.
¿Te gustan tanto este tipo de puertas como a nosotras?
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