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Ahora que ha pasado la Navidad, toca pensar en Año Nuevo y en cómo pondremos la mesa para ser los mejores anfitriones en una de las veladas más inspiradoras e importantes del año. Pero ¿por dónde empezar? ¡No es tan sencillo! Especialmente si es la primera vez que celebramos la cena de Nochevieja en nuestra casa y no queremos que algo falle. Vamos a empezar por el principio. Creednos, con buena organización, algo de margen y un toque personal y creativo se logran cosas mágicas. Es conveniente no obsesionarse con la tendencia que impera, así como los consejos 'extras' de gente que no conoce tu estilo o no conoce tu hogar. Nadie mejor que los propios anfitriones para saber el estilo que quieren escoger, las dimensiones reales con las que cuentan para decorar o el toque personal que desean darle a la noche más especial del año.
Papel y lápiz
Sí, aunque a tópico, por mucho que hayan avanzado las tecnologías, nada mejor ni más útil que sacar nuestra libreta de batalla y apuntar todo tipo de cosas que se nos ocurran para conformar una mesa 'de 10': qué tipo de mantel nos apetece, qué colores deseamos utilizar, qué texturas elegir, qué enfoque deseamos transmitir a nuestros invitados, si vamos a poner velas o, en cambio, unas bonitas pizarras... En fin, se trata de apuntar todo tipo de ideas sin miedo. Te servirá leerlas y releerlas antes de comprar aquello que te haga falta y decidirte del todo. ¿Ya las tienes? Bien, ahora toca señalar las que más te gusten y ver si quedan bien unas con otras... Es fácil, haz varios simulacros y pide opinión a tu gente cercana, ¡siempre y cuando te fíes de su criterio, claro!
Toca elegir el estilo y enfoque
Aunque seamos fieles seguidores de varios estilos, debemos elegir uno y, como mucho, mezclarlo con otros elementos propios de otra escuela decorativa. Por ejemplo, el siempre socorrido estilo nórdico queda de maravilla con toques más románticos, incluso festivos. Si optas por una mesa en blanco y negro, con el minimalismo que caracteriza al estilo escandinavo, puedes aderezarlo con toques más cálidos como detalles en tonos dorados o plateados, que además indicarán un halo de festividad a nuestra mesa.
Tejidos y colores al unísono: mantel y menaje
¿Sabes lo importante que puede llegar a ser combinar las texturas y colores acertados? Además, la cubertería, la vajilla o la decoración extra... ¡Todo tiene una misión, diríamos que principal, en nuestra mesa de Año Nuevo! Lo mejor es no empezar la casa por el tejado e ir, en cambio, por orden de importancia. El mantel suele tener una importancia especial a la hora de decorar el preludio a una cena: os aconsejamos optar por tonos oscuros, incluso el color negro puede ser tremendamente elegante. Si lo haces de esta forma, existe un riesgo: no olvides contrarrestar con cubertería y menaje en tonos crudos, blanco o plata para que el efecto no sea tétrico. Conclusión: la elegancia no tiene por qué resultar triste.
'Menos es más' y equilibrio al poder
En cambio, si hemos optado por un mantel en tonos claros, la vajilla en tonos oscuros puede quedar ideal: elegancia y contraste para una cena de Año Nuevo en la que cada plato gastronómico lucirá con luz propia. Otro consejo es no abusar de los elementos decorativos en la mesa: Si pones velas, dales toda la importancia y el lugar que merecen. Esfuérzate, además, en que sean bonitas, no recargadas y muy originales. Si deseas evitarlas utiliza tu ingenio para hacer tus propios adornos DIY, siempre en consonancia con la época del año: decorar con piñas pintadas o aderezar unos sencillos tarros de cristal decorados puede firmar la mesa sin que apenas inviertas en esfuerzo o tiempo. Si lo tuyo no son las manualidades, puedes adquirir unos platos de papel o cartón (siempre pensando en la sostenibilidad) para plasmar un mensaje personalizado para tus invitados. Con unos candelabros y un sencillo mantel campestre, puedes crear un entorno muy creativo en la cena.
Por último, unos cuantos trucos que siempre vienen bien en estos casos...
- No te 'vuelvas loco' sacando copas para tus invitados. No todo el mundo posee copas para tantas personas y tampoco se trata de hacer una inversión extra. Una copa junto a un vaso bonito queda igual de estético en la mesa. Se trata de saber decorar y combinar.
- En cuanto a los cubiertos, sabemos que hay un orden que establece el protocolo pero esto no significa que en esta noche puedas jugar un poco e invertir el orden, ¡un día es un día!
-Huye de los excesos. Volvemos a hacer hincapié: cuantas menos cosas y adornos haya en la mesa, más libres os sentiréis a la hora de cenar. Una buena conversación y una buena cena siempre serán más importantes que cualquier adorno, por mucho que nos guste mostrarlo.
- No emplees demasiado tiempo en detalles que no van a perdurar: por ejemplo, doblar las servilletas con formas imposibles. Tus invitados desearán sentarse a cenar y colocarse la servilleta en las rodillas, por lo que es más útil invertir ese esfuerzo en otro detalle que sí permanezca durante toda la velada.
- Disfruta, come, bebe, charla, ríe... ¡Son momentos únicos con tus seres queridos!
¿Listos? ¡A por ello!
Más información: Vivienda saludable