Se llama Hanoi II y los dueños llevan otro restaurante, el Hanoi original, en la Plaza Doctor Letamendi nº27. Al que fuimos ayer noche está en Avenida Sarrià.
Nos gusta cenar pronto, así que a las 21:30 ya estábamos allí, y el restaurante estaba bastante vacío. La carta es variada, hay bastantes platos a escoger, tanto de entrantes como de platos principales, pero nosotros nos decidimos por hacer el Menú Degustación Hanoi. Acostumbrada a que este tipo de menús suelen ser caros, 23 euros por persona me parecieron perfectos.
El menú Hanoi consta de 7 platos y el postre. 7 platos!!! Si, si, pero si os apetece hacer este menú no os preocupéis, las cantidades son pequeñas. Eso sí, al último plato llegas un poco apurado ya.
El primer plato es Rollitos Otoño y Nem. La camarera nos explicó con qué salsa debes tomar cada rollito. La salsa oscura es para el rollito con lechuga, y la salsa transparente para el rollito frito. Ambos deliciosos. Además Enric me enseñó cómo se debe comer este tipo de rollito frito, lo vió en otro restaurante vietnamita que él había ido. Junto con los rollitos te sirven dos hojas de lechuga con una hoja de menta encima de cada hoja. Debemos hacer un corte en el rollito por el centro y ponerle la salsa por encima. El rollito lo enrollamos con la hoja de lechuga y a disfrutarlo.
Enseguida nos sirvieron el segundo: Musli de Gambas. Para mí el mejor plato. Te sirven dos hojas de lechuga y la camarera te sirve las raciones de Musli sobre las hojas, y se debe comer con las manos. El Musli lleva gambas, piñones, brotes de soja, cebolleta y zanahoria, todo muy picado.
El tercer plato son los Raviolis Vientamitas, quizá el más flojo de todos. Son dos raviolis de papel de arroz, uno relleno de carne y el otro de verduras.
El cuarto, quinto y sexto platos los sirvieron juntos: Viera especial Hanoi, Langostinos al vapor y Hoja de loto relleno de arroz. Los langostinos muy buenos, a la viera le faltaba sabor y el arroz para mi gusto algo insípido, pero creo que es más por cómo estoy acostumbrada yo a condimentar el arroz.
Y por fin mi plato favorito. De vietnamita tiene muy poco, pero me encanta el Pato Pekín o laqueado. Sobretodo porque me encanta la salsa Hoisin. Filetearon el pato en nuestra mesa y nos lo sirvieron junto con la piel también fileteada, buenísimo.
Y cómo sorpresa final, el postre que nos sorprendió gratamente. Delicias de sésamo caramelizadas. Estaba increíblemente bueno: una bola de helado envuelto en una capa de caramelo con sésamo. Si, si, con sésamo. El caramelo sabía a sésamo. Y estaba riquísimo; no pude no decírselo al camarero.
Un verdejo, un té verde y un chupito "muy dulce y muy fuerte" (palabras textuales y muy ciertas del camarero).
El servicio es impecable, muy amables y muy atentos sin ser pesados. El local bien decorado, con una luz muy tenue y con una decoración oriental, pero sin sobrecargar. No entro a juzgar si la comida era realmente vietnamita o si parecía más bien un restaurante chino. Sólo sé que cené muy bien, que me gustó todo lo que comí y que además no lo había comido nunca, salvo el Pato Pekín. El helado me sorprendió muchísimo, insisto, pedirlo si vais.
Tengo pensado antes de irnos de viaje probar algún restaurante vietnamita más que conozco de Barcelona, así que se aceptan recomendaciones.
Dirección: Avda. Sarrià, 37
Besos, Marta