Cuando te pregunto si te atreves con un espejazo, lo hago porque no se me ocurre mejor palabra (y más corta) para definir a lo que me estoy refiriendo. Le llamo espejazo por el tamaño, sí. Pero también por la forma. Y por, en muchos casos, su historia.
En decoración como en tantos otros aspectos de la vida suelen surgir contradicciones. Y esta del espejazo y la decoración nórdica es una de ellas. Hablamos siempre de líneas rectas, sencillas y funcionales. Y de repente, un espejo que si bien no podemos llamar recargado, sí lo es para los standares del nórdico. Pero lo mejor de todo, es el resultado.
Decorar con un espejo vintage
Y aquí, cuando hablo de vintage englobo todo, vintage, antiguo, de unos años atrás, actual pero con estilo más clásico pero sobre todo grande. Muy grande.
El manual de uso parece claro, compensar. Luce mejor con interiores poco recargados y combina perfectamente con los muebles más sencillos, con elementos naturales y con iconos del diseño. Se trata de quitarle parte de ese “empaque” y seriedad. Y que luzca y sea protagonista de la estancia. Parece fácil, pero no lo es tanto. Eso sí, si lo consigues el resultado final es, como te decía al principio, maravilloso.
Si te gusta la idea, aquí te dejo unas ideas en las que inspirarte:
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No tengo muy claro si llamarlo tendenciao no. Sí que se está viendo mucho en interiores nórdicos, pero puede que sea algo que llegó para quedarse. ¿Qué opinas?
¡Feliz día!
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