Como con todo, la forma en la que se muestran las cosas tiene también sus modas o tendencias. El "se lleva" o "no se lleva" que se decía antes. O al menos que decía yo y que de vez en cuando aún digo. Llámame antigua.
Esta semana la he pasado paseando de la cama al sofá, del sofá al sillón y vuelta a la cama. No por nada dramático ni excitante (en cualquiera de los sentidos de la palabra), sino por un vulgar constipado. Es lo que hay.
Pocas veces ha estado mi cama tan a la última: sin hacer.
No se lleva hacer la cama
Otra cosa que sucede cuando tienes tanto tiempo para no hacer nada es que le das muchas vueltas a la cabeza entre Frenadol y Frenadol. Y en una de estas me surgieron tres preguntas:
¿Por qué nos gustan las camas hechas con descuido o directamente deshechas? Supongo que la respuesta es fácil, porque resultan más acogedoras.
Pero esto me lleva a otras dos preguntas sin respuesta.
¿Por qué antes lo que gustaba eran las camas hechas sin tan siquiera una arruga? ¡Con lo difícil que es!
¿Cómo se hace una buena fotografía a una cama sin hacer o mal hecha? ¿Cómo se consigue esa sensación de normalidad en un escenario cuidado al detalle? No creo que sea tarea fácil. La línea que divide la naturalidad de la foto descuidada es extremadamente fina.
Las tres imágenes del post de hoy las he sacado de Planete-deco.fr y podría seguir poniendo y poniendo fotos de camas "acogedoras". Resulta mucho más sencillo que encontrar camas "cuadriculadas".
¿Te habías parado a pensarlo?
¡Feliz fin de semana!
Rakel
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