Eikon, de Schneid
Entonces me di cuenta de que últimamente mis ojos se focalizan constantemente en los elementos de iluminación. Colgantes, arañas, burbujas, empotradas, apliques, etc. Creo que una de las tendencias más marcadas del interiorismo actual es el de primar como elemento estético las luminarias. Grandes nombres, como el de Tom Dixon, han contribuido a ello, qué duda cabe, con sus formas geométricas colgantes.
Calavash Gold, de Lightyears
Y es que esa es la característica más destacada, la forma colgante. Tomando como punto de partida el homenaje a la lámpara incandescente original, se han desarrollado todo tipo de materiales y formas, pero siempre con un denominador común, el cable colgado que permite el acercamiento del punto de luz al individuo u objeto a iluminar.
Copenhagen pendant, de &Tradition
El desarrollo de la iluminación LED tiene mucho que ver en esta evolución, porque permite un mayor juego de materiales, cerámica, cobre, plásticos, fibras textiles, papel, etc. y aporta iluminación con menor irradiación de calor y menor consumo. Eso, a pesar de sus detractores, que siguen añorando la iluminación incandescente y todavía buscan una alternativa eficaz.
Modelo Slope, de Skrivo
En cualquier caso, si la iluminación de los nuevos LED es menos intensa que la incandescente, quizá todo sea cuestión de acostumbrarse. ¿Acaso no se iluminaban los interiores únicamente con velas y candiles, y no hace tanto?
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