Crear un punto focal es muy sencillo cuando comprendes el concepto. Hoy te lo cuento con ejemplos del día a día, sin tecnicismos. Lo importante es que sepas crear un punto focal en tu casa. Porque, hazme caso, esta es otra de esas reglas de decoración que no debieras romper.
Si no conoces demasiado el término “Punto Focal”, puede parecerte que hablamos de complicadas técnicas de interiorismo. Y no. Vamos a ver un par de ejemplos.
Sabes que cuándo hablamos de maquillaje siempre decimos que hay que potenciar lo mejor de nuestra cara. Los ojos, la boca o tal vez el pelo y mantener el resto más neutro y natural. Y seguro que conoces perfectamente el resultado de tratar de resaltar todos los rasgos. ¿Te imaginas unos ojos ahumados, pestañas postizas, labios rojos y bien de blush? Pues eso.
Otro ejemplo lo encontramos en el cine. Siempre hay un actor/actriz principal al que acompañan los secundarios. Una película en la que únicamente hubiera actores y actrices principales sería directamente inviable.
Lo mismo sucede a la hora de decorar. Debes elegir qué es lo que quieres potenciar, tu artista principal o el mejor rasgo de la estancia. Ese será el punto focal.
Una chimenea, una ventana, una lámina en la pared, un cabecero, una pieza especial…puede ser el punto focal que debes hacer brillar.
¿Que sucede cuando no lo hacemos así?
Si pretendes destacar todas las piezas de tu decoración, posiblemente caigas en el “efecto abarrote”. La sensación de un espacio recargado y en ocasiones agobiante.
Y lo mismo sucede en el caso contrario. Una habitación demasiado minimalista puede resultar aburrida y sosa. Sin nada que llame nuestra atención.
Seguramente aunque no conocieras el concepto de punto focal por inercia hayas creado uno en alguna habitación de tu casa…y ahora es el momento de mejorarlo.
¿Conocías este concepto? ¿Lo has tenido en cuenta a la hora de decorar tu casa?
¡Cuéntame cómo lo has hecho!
¡Feliz fin de semana!
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