Es curioso comprobar que las viviendas responden de forma precisa a los elementos geográficos y demográficos de cada región. Así, las casas nórdicas tan luminosas (frente a las largas noches de invierno), las viviendas más funcionales de España (pasamos más tiempo fuera que dentro) o la calidez de las viviendas inglesas (dando cobijo frente al desapacible clima).
En este caso, volvemos a encontrar esa calidez tan característica del interiorismo inglés. La importancia del textil, el revestimiento de suelos o la presencia de maderas nobles destaca siempre en estas casas. Y las omnipresentes librerías, uno de mis elementos fetiche en interiorismo.
Son viviendas que se viven y se disfrutan, en las que se pasa mucho tiempo y se busca el descanso. Las tardes de invierno son largas en el Reino Unido, anochece pronto y la jornada laboral termina entre las 5 y las 6 de la tarde. Después, se vive en familia en el hogar.
No son viviendas abiertas al exterior, como sucede en España, por ejemplo. Las ventanas suelen estar protegidas por postigos o contraventanas, a pesar de no usar persianas.
Y lo increíble es que sepan sacar rincones tan maravillosos como este para tener una pequeña terraza de verano.
La casa estaba a la venta en la web de Domus Nova, pero parece que ya ha aparecido un comprador. Yo la he visto en Home Adore.