Conociendo esto, uno de los días que estaba en el ordenador investigando posibles destinos me decidí por ahondar acerca de Suecia, en mi exploración de paraísos en el campo me sorprendí gratamente al encontrarme con esta esplendida casa con invernadero, ubicada junto al huerto mismo lugar donde se cultiva numeroso tipo de hortalizas, verduras, etc. y que complace tanto observarlas.
Sin embargo, una de las cosas que más me ha llamado la atención y me ha fascinado es que el invernadero cuenta con una cabida tanto para los albaricoques y pepinos, que hay plantados, como para las macetas de flores. ¡Y puedes disfrutar de ello mientras disfrutas de la degustación de una excelente comida! Es maravilloso, ¿verdad?
La propietaria de la propiedad se describe a si misma como una apasionada de la naturaleza y de lo que uno puede cultivar con sus propias manos. Y, no me quedan dudas de que su descripción es muy exacta. ¡A la vista está!
La casa es una preciosidad, típica arquitectura sueca, con abundancia de madera y el color blanco predominando tanto en el exterior como en sus diferentes espacios interiores.
Viendo todas las habitaciones de la casa, a cual más adorable, encuentras detalles de buen gusto como son la zona de lectura, franqueada por armarios y estanterías que tienen cabida para todo, con un precioso sofá de hojas que combinan con la alfombra y con las vistas que se traslucen más allá de la puerta.
No menos fabuloso es el porche donde desde el sofá hasta los muebles son tan blancos, que casi ciegan cuando diriges tu vista hacia allí.
Ya en el jardín, que cuenta con una piscina y un pabellón que haría la delicias de cualquiera,
se han dispuesto varias zonas para disfrutar de su belleza, como la mesa y las sillas de madera, con ese caminito de grava dispuesto para no dañar el césped.
Sólo me queda por comentar que la sencillez de la casa me ha cautivado, como su dueña ha conseguido realzar la belleza natural de una casa y un jardín esplendoros, y convertirlos en su "propio paraiso".
Publicado con permiso de tidningenlantliv.se. Fotografías de Klas Sjöberg