Hace meses empecé a notar que pasear por las redes sociales no me estimulaba nada y poco a poco dejé de hacerlo. Nunca había sido muy activa (y nada en mi vida personal), pero ese ritmo cada vez era más bajo. Me preocupaba un poco gestionarlo porque considero que son una herramienta de comunicación importante en mi trabajo en Ebom, pero por otro lado no veía las ventajas de tener que meterme en Instagram por la noche, cuando las niñas ya estaban acostadas (¡ése es el momento de relajarnos mi marido y yo, y no sé por qué teneros que meternos cada uno en nuestro móvil en vez de ver juntos una serie o un programa!). Tampoco encontraba tiempo de comunicarme por las mañanas, cuando tenía mil tareas de trabajo pendientes. ¿Y si voy a un sitio bonito a comer, se lo tengo que contar a todo el mundo?
La verdad es que desde hace tiempo me cuestiono las ventajas de tanta exposición. ¿Por qué debo contar cada cosa que hago? Siempre me ha gustado ser independiente y moverme por el mundo con libertad, sin dar explicaciones a nadie. Es cierto que creo que se pueden gestionar todas estas vías de comunicación de forma más eficiente y profesional. Y llevo mucho tiempo intentando hacerlo, pero me cuesta mucho gestionar todas mis tareas, sacar adelante Ebom y además cuidar y ayudar a crecer a mis hijas.
Por eso creo que la casa, que es nuestro pequeño pedazo de mundo, nuestra cueva de protección, debe ser un espacio de “desconexión”. ¿Cómo si no vamos a disfrutarla?
También es cierto que la repetición constante de contenidos también me ha llevado a una falta de inspiración, porque tengo la sensación de que todo se repite y de que estamos viendo siempre lo mismo. En ese sentido, agradezco enormemente las vacaciones. A veces tengo la sensación de que el tiempo me cunde más cuando no estoy en casa. Y creo que es porque la acumulación de responsabilidades y rutinas acaba pesando mucho, así que darme un respiro, cambiar de aires y buscar un refugio me ayuda a completar tareas y ordenar prioridades.
Ahora mismo estoy de “relativas” vacaciones, tengo trabajo acumulado y seguro que sacaré algunas de esas tareas, pero además, espero aprovechar este tiempo para organizar mis prioridades, planificar mejor mi día a día para cuando vuelva y conseguir sacar adelante algunos proyectos determinantes para Ebom. Aún así, creo que sigo creyendo que desconectar es una buena opción y que algo debemos cambiar en nuestra relación con las redes sociales y con nuestro entorno.
¿Vosotros os sentís saturados de tanta información? ¿Sentís que hay demasiada “exposición” en las redes?
Fotos: Instagram Ebom
¡Apúntate al boletín y recibe contenido exclusivo!
Recibe la mini-guía de estilo en decoración de Ebom con los trucos del estilista y una ficha completa de ejercicios para tu casa. ¿Te lo vas perder?
Nombre
Apellido
Dirección de correo electrónico
¡Suscríbete!